El Camino de Santiago cambia la vida de quien lo recorre, así que nada mejor que caminar juntos en familia para practicar las virtudes y valores que hacen virtuoso y justo al ser humano. Este aporte y vivencia de experiencias positivas es lo que diferencia a un peregrino de un mero turista o excursionista.
¿Quién recorre un largo camino con lo meramente imprescindible sobre sus espaldas? Sin duda, alguien que tiene un propósito, una meta, un fin, una promesa. 100 km son necesarios para ganarse la Compostela y la indulgencia plenaria. Y este año 2021 y el próximo han sido declarados Año Santo Compostelano. Años de gracia y de perdón.
En definitiva, peregrinar a Santiago de Compostela puede ser un momento de renovación en nuestra vida y la de nuestra familia. Y también un punto de llegada para volver a comenzar.
Ciertamente es una gran experiencia y uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros hijos y a uno mismo y que, sin duda, todos guardaremos en nuestra memoria de recuerdos y en nuestros corazones.
En ocasiones, solemos dedicar a la familia el poco tiempo que nos sobra. La vida laboral, las gestiones o los compromisos variados nos roban la mayor parte de nuestro día.
Así que este viaje de peregrinación junto a nuestra familia puede ser el “momentazo” para establecer vínculos fuertes con los miembros de nuestra unidad familiar. Y de revisar cuáles son los valores más profundos que sostienen nuestro hogar.
La ruta jacobea supone una enseñanza importante en nuestras vidas y, en el caso de los niños y adolescentes de casa, les demostrará que todo esfuerzo tiene su recompensa.
De hecho, el triunfo no es solo comprobar con satisfacción el plano con los puntos y etapas recorridas y de revisar nuestra credencial completada con los sellos. ¡Es mucho más! Veamos:
Siempre es un buen momento para realizar una peregrinación a Santiago de Compostela. Sin embargo, este año, debido a la pandemia, es necesario estar pendiente de las diferentes medidas adoptadas en cada territorio.
Pero es un viaje altamente recomendable. Las familias que decidan peregrinar a Santiago de Compostela con niños, vivirán una auténtica aventura familiar llena de valores. Así mismo, la generación de emociones y sentimientos perdurarán en la memoria y corazones de todos.
Sin duda, una experiencia inolvidable y la mejor “andanza” de la vida si se hace en familia.