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A medida que avanzamos en edad, también lo hace nuestra ansiedad. ¿Cómo serán los próximos años? ¿Cuáles serán las perspectivas económicas? ¿Cómo estará nuestra salud, individual y comunitaria?
Es comprensible que nos sintamos cansados de todo lo que ha pasado últimamente. Muchos de nosotros, siendo honestos, admitiremos que la vida ya era difícil antes de que existiera la pandemia. Sin embargo, después de lo que vivimos en esos años "oscuros", tenemos que acostumbrarnos a llevar una vida bajo un grado mayor de alerta y estrés.
No obstante, en medio de nuestras pruebas, hay una oportunidad oculta.
En pocas palabras, en lugar de ceder a nuestra ansiedad y miedos, podemos usarlos para fortalecernos. La realidad es que cuando los tiempos son buenos, pensamos poco en el crecimiento, y solo en mantener lo que parece bueno.
Pero al igual que cuando hemos pasado por situaciones personales difíciles o perdidas de personas cercanas, nos ayude a darnos cuenta de que es posible que no seamos tan invencibles como pensábamos.
Y con esa conciencia se produce una elección, nos guste o no: podemos permitir que el miedo gobierne nuestros días, o podemos elegir intencionalmente un camino diferente.
¿Hacia donde vamos?
La pregunta no es tanto hacia dónde va todo esto o hacia dónde queremos ir, sino qué tipo de persona queremos ser tú y yo.
Es algo que debemos preguntarnos más que nunca en estos días y, a veces, la pregunta por sí sola agota. Pero eso no cambia la respuesta. En realidad, nada importa más que ser quienes estamos llamados a ser.
Por lo tanto, incluso ante la desesperación y el miedo a la muerte, debemos armarnos de buenas herramientas para que nuestra mente, cuerpo y alma crezcan. Cada herramienta que a continuación compartimos contigo es incompatible con la ansiedad, porque cuando vivimos la experiencia que nos brindan, el miedo se vence.
Cada uno de ellos es gratuita y está disponible para todos, tengan 15 u 85 años. Hay tres herramientas principales y todas cuentan con apoyo espiritual y científico a lo largo de los siglos.
1La virtud de la gratitud
Décadas de investigación científica y métodos específicos de acción de gracias han demostrado repetidamente que esta práctica conduce a una mayor felicidad, menos ansiedad e incluso mejores indicadores físicos, como reducir la presión arterial y mejorar la función inmunológica.
En pocas palabras, un pensamiento o acto de gratitud muestra que no importa cuán difíciles sean las cosas, hay "bondad" en nuestras vidas, y que la bondad es más grande que nosotros. Y por ello damos las gracias.
2El don de la empatía
La empatía no es sentir lástima por alguien, sino realmente tratar de comprender cómo debe ser “estar en el lugar de esa persona”.
Hoy en día, podemos preocuparnos por tantas cosas cotidianas e incluso ahora pensar en evitar que reaparezca alguna enfermedad contagiosa, pero hace apenas un siglo, la gente en todas partes vivía con el temor constante de ser contagiados por alguna enfermedad fatal, desconocida o incapacitante en cualquier momento, para la cual no tenían ningún remedio.
La empatía no cambia la realidad en la que vivimos. Pero traslada la ansiedad a otro lugar y tiempo, a personas que quizás conozco bien o que nunca he visto, pero que son muy parecidas a mí. Ya no me hundo en el miedo, sino que cuando considero a los demás, me preocupo más por lo que debería ser para ellos que para mí.
3La disciplina del desafío versus la desesperación
Es aquí donde debemos llenar nuestro espacio psicológico con una "mentalidad desafiante". Podemos ver este momento como una oportunidad para subir más alto, como lo haríamos en cualquier deporte o empresa en particular, o podemos ceder y desesperarnos.
Nos guste o no, cada uno de nosotros tiene esa opción. Es posible que no podamos controlar nuestros sentimientos o resultados, pero podemos controlar nuestra actitud hacia ese sufrimiento.
Como dijo una vez Viktor Frankl (después de sobrevivir al Holocausto que mató a la mayor parte de su familia), "la última de las libertades humanas es elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias".
Quizás se esté preguntando: ¿qué pasa si implemento todas estas herramientas? Cual es mi garantía? ¿Una vida libre de dificultades? No. ¿Seguridad financiera? No. ¿Aprobación de otros? No.
Entonces, ¿qué garantiza todo este esfuerzo?
La respuesta es simple: habrá tranquilidad sabiendo que su vida y la mía no estarán dictadas por el miedo. En cambio, estaremos abiertos a la belleza, al amor y a la satisfacción que están disponibles para nosotros todos los días, sin importar lo que esté sucediendo a nuestro alrededor y dentro de nosotros.
Por supuesto, el miedo volverá a aflorar y las ansiedades a veces se apoderarán de nosotros, y podemos sentirnos cansados e inseguros preguntándonos qué nos depara el día siguiente, pero ya no seremos esclavos del miedo. Seremos libres.