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Nuestro cuerpo es un valioso don de Dios, sagrario de Cristo y templo del Espíritu Santo. Tenemos el deber de cuidarlo y preservarlo de posibles enfermedades. Vida familiar, apostolado, trabajo, tareas del hogar, ocio… es mucha actividad que puede dificultar una tarea importante: hacer ejercicio. Pasamos alrededor de 2.400 minutos a la semana en el trabajo. Los expertos recomiendan un mínimo de 150 minutos de ejercicio a la semana.
Según la OMS, los adultos entre 18 y 64 años de edad deben dedicar, como mínimo, 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
"Estamos hechos para movernos, no para sentarnos en un escritorio 12 horas al día", dice Joan Price, autora de The Anytime, Anywhere Exercise Book (Libro de ejercicios, en cualquier momento y en cualquier lugar). "Por muy ergonómico que sea tu escritorio o silla, sentarse -explica- produce dolores de espalda, de cabeza y apatía. Nos vuelve menos productivos".
¿Qué ocurre cuando no tienes tiempo de hacer gimnasia o practicar un deporte? Existen algunos ejercicios sencillos que se pueden realizar en la oficina sin llamar la atención.
1Trabajar los abdominales.
2Reforzar las pantorrillas.
3Estirar los brazos.
4Fortalecer los abductores.
5Robustecer las piernas.
6Desplazamientos a pie.
7Alertas en el teléfono.
8Sentadillas.
Así, fortaleces los cuádriceps, glúteos, abductores, abdominales, aductores, isquiotibiales y pantorillas. Además, las sentadillas ayudan a perder grasa.
9Dinámica de escritorio.
10Entrenamiento con botella de agua.
11Reuniones a pie.
En un artículo de Harvard Business Review, How to Do Walking Meetings Right -Cómo hacer reuniones caminando-, los autores Russell Clayton, Chris Thomas y Jack Smothers hablan sobre la investigación que llevaron a cabo para explorar estos beneficios.
”… Realizamos un estudio exploratorio de los beneficios asociados con caminar. Encuestamos a una población de aproximadamente 150 adultos que trabajan en los EE. UU. para recopilar comentarios sobre sus reuniones a pie y sus hábitos de trabajo. En resumen, encontramos que aquellos que participan en reuniones a pie tienen un 5,25% más de probabilidades de ser creativos en sus trabajos que aquellos que no lo hacen.
Además, las respuestas sugieren que las reuniones a pie apoyan el compromiso cognitivo o el enfoque en el trabajo. Aquellos que participan en reuniones caminando tienen un 8.5% más de probabilidades de reportar altos niveles de participación ".