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«Préstame un balón de oxígeno para salvar la vida a un enfermo con COVID». Aquí el nombre completo de una campaña que comenzó pasado 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, en la parroquia Santa Mónica de Chota (Cajamarca, Perú).
Detrás de esta propuesta se encuentra el agustino recoleto, Sofiano Ayquipa Cabrera, quien desde esa parroquia ha emprendido una colecta solidaria para adquirir los envases de oxígeno vacíos para dárselos a quien más lo necesite, recuerda la Iglesia de Perú.
La crisis del coronavirus en Perú ha generado desde hace varios meses también una demanda más que especial con respecto al oxígeno medicinal. Así lo deja de manifiesto una larga campaña emprendida por la propia Iglesia junto a otras organizaciones (Respira Perú). El objetivo, con la recaudación de fondos para la adquisición de plantas generadoras de oxígeno, siempre ha sido evitar muertes para falta del insumo.
Pero en este caso, la propuesta ya no está enfocada en una planta, sino en los propios balones, los cuales pueden ser recargado en las plantas que sí hay en la ciudad.
Una vez más, en este caso, lo que también se busca es darle respuesta a las dificultades económicas imperantes a raíz de la pandemia que atraviesan las personas ante el contagio de algún familiar. Algo cotidiano ha sido tener que buscar balones de oxígeno en otros lugares y hasta con sobreprecios.
La convocatoria del fraile retumba y hace eco en Chota. Pero también hace las veces de exhortación, indica la Iglesia de Perú, a las autoridades y empresarios para “poner de manifiesto el humanismo” en estos momentos tan complejos.
El religioso, al hacer referencia a este tema de sensibilidad humana, argumenta que no es justo ni humano que las personas mueran por falta de dinero para comprar un balón de oxígeno, por lo general a precios muy altos, además de asumir otros gastos vinculados a la pandemia.
He aquí otra iniciativa, de largo aliento, en el marco de la gran campaña del oxígeno que lleva asumida Perú desde hace tiempo, país que contabiliza un número de fallecidos superior a 180.000. En este caso, una cifra (más del doble de las que se tenían hasta ahora) que fue actualizada en las últimas horas luego de una revisión y que lo posicionan como el país con mayor tasa de mortalidad per cápita del mundo.