La Iglesia tiene un papel clave: la verdadera paz solo se alcanza cuando se cura el trauma de los profundamente heridos. Sus vidas se han hecho añicos. Han perdido a sus seres queridos, su hogar, su negocio, su pequeño ganado, sus tierras, todo cuanto poseían. Huyen de la violencia y han sido testigos de atrocidades, lo que les provoca un gran sufrimiento físico y espiritual. Acuden en masa a la Iglesia en busca de apoyo y consuelo.
Pero las religiosas, sacerdotes y laicos que tratan de aliviar su dolor no siempre cuentan con la preparación necesaria para hacer frente a tanto horror. “Los de Boko Haram mataron a mi esposo delante de mis ojos y también a mi madre. La Iglesia es quien nos ayuda desde que mis hijos y yo llegamos aquí”, dice Naomi Dawa, católica desplazada, acogida en la diócesis de Maiduguri, Nigeria.
Para sostener al pueblo que sufre y conseguir lidiar con tanta angustia, la Iglesia necesita las herramientas adecuadas. Con tu apoyo, en Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) queremos responder a esta llamada financiando proyectos de capacitación y adquisición de habilidades, así como terapias espirituales y psicológicas. Con esta formación, los sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos en África estarán más capacitados y cualificados para apoyar a los miles de fieles que sufren depresión, confusión, trauma y pérdida.
Gracias a ti, la Iglesia podrá reconstruir humana y espiritualmente a las personas más traumatizadas por el terrorismo, y juntos sanaremos las heridas del extremismo islámico en Africa.