Invitamos a (re)descubrir este "tesoro" de la Iglesia que es san José. Una oportunidad para conocer los lugares donde se encuentran las reliquias que se le atribuyen
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Roma, Nápoles, Perugia, Aquisgrán, Joinville… En estas ciudades de Europa se pueden ver y venerar las reliquias atribuidas a san José, el padre adoptivo de Jesús. Aunque, para algunos, este tipo de devoción no afecta a lo esencial de su fe, para otros supone una oportunidad necesaria de acercarse aún más a lo divino. No es extraño que muchos fieles deseen venerar las reliquias del esposo de la Virgen María en este año que se le ha consagrado. Es una hermosa manera de alabar a Dios. Aleteia te propone descubrir los lugares más importantes donde se encuentran sus reliquias.
1EN PERUGIA, EL ANILLO DE BODA
Según Benedicto XIV, en la catedral de San Lorenzo de Perugia (Italia) “se conserva el anillo con el cual, según una creencia piadosa, san José desposó a la Santísima Virgen”. Fabricado a partir de un pedazo de ónix, la reliquia tiene una larga historia. En 985, un orfebre de Chiusi la compró a un mercader de Jerusalén para exponerla en la iglesia de los franciscanos. Más tarde, en 1473, un monje alemán, el hermano Winter de Mayence, la robó para llevarla a su pueblo. Sin embargo, por el camino, quedó bloqueado por una prodigiosa niebla en Perugia, por lo que finalmente decidió dejar la reliquia allí.
Fundada en 1487, la Compagnia del Santo Anello de San Giuseppe (la Compañía del Santo Anillo de San José) la conserva a buen recaudo: para acceder al relicario, dentro de un cofre, ¡hacen falta 14 llaves! El cofre está oculto por una fachada de madera similar a un armario de cuatro puertas. La primera protección es un enrejado de hierro fabricado por los herreros de Montemelino. La segunda protección es un enorme tronco de madera, dentro del cual se encuentra un precioso relicario de 1517. En su parte superior se encuentra el anillo. La reliquia solamente se expone para la veneración de los fieles tres veces al año: el lunes de Pentecostés, el 3 de julio y el 3 de agosto.
2EN NÁPOLES, EL BASTÓN FLORIDO
En la colina de San Potito en Nápoles (Italia), la congregación de San Giuseppe dei Nudi conserva una colección de reliquias única en Italia. Entre ellas, la más importante se encuentra en un hermoso estuche de madera de cedro: el bastón florido, que habría pertenecido a san José. Según la tradición, José, como otros pretendientes provistos de una vara cada uno, pidió a Dios que señalara entre ellos al esposo de María haciendo florecer su cayado. El bastón de José fue el único que echó brotes.
Venerado desde hace casi tres siglos, el bastón reliquia fue robado en un convento de sacerdotes carmelitas de Sussex, en Inglaterra, donde había estado expuesto desde el siglo XIII. Finalmente, la reliquia llegó a Nápoles en 1712 como regalo al cantante de ópera Giuseppe Grimaldi, conocido como Nicolino. El cantante dispuso en exposición en su casa el bastón para veneración pública a partir de 1714. El 17 de enero de 1795, la reliquia fue transferida definitivamente a la iglesia de San Giuseppe dei Nudi.
3EN JOINVILLE, EL CINTURÓN
Desconocida, la única reliquia de san José que se conserva en Francia se encuentra en Joinville, un pequeño pueblo del Alto Marne, en una capilla lateral de la iglesia de Notre-Dame de Joinville. Fue traída de Tierra Santa durante la séptima cruzada por Jean de Joinville, cronista de la época y gran amigo de san Luis. Compuesto de un tejido plano de hilo o corteza bastante grueso, probablemente de cáñamo, el cinturón mide algo más de un metro de largo y 4,5 centímetros de ancho. Sobre un pergamino, antes unido a la reliquia, estaba inscrito: Hic est cingulus quo cingebatur Joseph, sponsus Mariae (“Este cinturón es con el que se ceñía José, esposo de María”). En la actualidad se expone en un altar relicario de 1868, enrollado alrededor de un cilindro de cristal soportado por cuatro personajes: san Luis, coronado, en cabeza; Jean de Joinville en cota de mallas, apoyado sobre su espada; el obispo de Châlons, y un monje de la abadía de Saint Urbain.
4EN AQUISGRÁN, LOS PANTALONES
Desde hace más de 660 años, los fieles visitan Aquisgrán (Alemania) para participar en la “peregrinación de las reliquias”. Acuden a venerar las cuatro grandes reliquias que, desde la época de Carlomagno, se conservan como un tesoro en la catedral de Aquisgrán. La tradición dice que, en torno al año 800, Carlomagno recibió estas reliquias como presente de Jerusalén. Desde 1349, se exponen cada siete años a los fieles venidos de Europa y del mundo entero.
Entre las reliquias están los pantalones de san José o, más bien… los pañales de Jesús. Se trata de una tela gruesa y tupida de color marrón similar al fieltro. Cuando no hay peregrinaciones, los pañales se doblan en tres. Pero cuando la tela se despliega, su forma trapezoidal es claramente visible. El borde superior tiene una especie de hendidura semicircular. Según la tradición, son los “pantalones de san José”, que habrían servido para reconfortar a Jesús a falta de pañales. Durante la “peregrinación de las reliquias”, los pañales permanecen anudados con una cinta de seda.
5EN ROMA, EL MANTO
En Roma, en la pendiente del monte Palatino, se encuentra la basílica de Sant’Anastasia al Palatino, probablemente la iglesia más antigua de la capital (de comienzos del siglo IV). Y aquí se conservan desde hace más de 1600 años dos reliquias muy valiosas: el manto de san José y una parte del velo de la Virgen. Inaccesibles y guardadas dentro de una oficina blindada e incrustados en un relicario del siglo XVII, ambas reliquias están guardadas en una parte de la iglesia protegida por una puerta blindada. Desde que las reliquias fueran llevadas a Roma por san Jerónimo desde Jerusalén a finales del siglo IV —como atestigua una inscripción en mármol—, se han conservado durante siglos con medidas especiales de seguridad, impuestas por el vicariato de Roma, y que no han permitido la exposición a los fieles salvo durante celebraciones excepcionales, como el 6 de enero de 2020.
Como explica Dominique le Tourneau en su libro Todo sobre san José, muchas iglesias conservarían otras reliquias. Así, existen, por ejemplo, dos anillos reliquias más atribuidos a san José además del de Perugia: el anillo de compromiso de la catedral de Notre-Dame de París y el anillo, más “de diario”, conservado en Mesina (Italia) en la iglesia de San Giuseppe. También se conservaría un pedazo de la camisa de san José con los franciscanos de Castel Gandolfo, además de fragmentos del bastón florido en la iglesia de Santa Cecilia en Roma. Por último, pedazos del manto atribuido al esposo de la Virgen María se encontrarían en una decena de iglesias de Roma, además de en Castel Gandolfo y en Toledo.