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El número de interrupciones del embarazo en Inglaterra y Gales en 2020 es significativamente más alto que el año anterior. Se debe, en parte, a la relajación de las restricciones por parte del Gobierno inglés en relación al uso de píldoras abortivas en casa.
El periódico The Guardian informa de que se registraron 209.917 abortos en 2020, superando los 207.384 de 2019. El grupo de mujeres entre 30 y 34 años experimentó el incremento más grande en abortos según índices por edad; un aumento de 16,5 por mil en 2010 a 21,9 por mil en 2020.
Sin embargo, la tasa de aborto en menores de 18 años ha descendido a lo largo de los últimos 10 años, de 16,5 por mil mujeres en 2010 a 6,9 por mil en 2020, según recoge el mencionado periódico.
Las estadísticas, publicadas por el Departamento de Salud y Asistencia Social británico (DSHC) el 10 de junio, también informan de que se realizaron 3.083 abortos en 2020 por motivos de discapacidad, incluyendo:
Los riesgosAdemás, se realizaron 65 procedimientos de “interrupción selectiva”, en los que había mellizos, trillizos o más y los padres no querían tantos hijos.
En comentarios a la noticia, la organización provida británica Right To Life UK señaló que un “email urgente” filtrado enviado por una matrona jefe del Servicio nacional de salud de Inglaterra (NHS) y del organismo supervisor NHS Improvement advertía de la “escalada de riesgos” por abortos “caseros” autoinducidos.
El correo electrónico afirmaba que varias mujeres habían tenido que acudir a emergencias hospitalarias por incidentes que incluían: dolor y sangrado significativos; ruptura de embarazo ectópico, y resucitación por hemorragia mayor.
El email filtrado también desveló que la policía había abierto una investigación de asesinato por la muerte de un bebé. Creen podría haber nacido vivo a pesar de que su madre tomó píldoras abortivas “caseras” en el hogar.
En marzo de 2020, los Gobiernos de Reino Unido y Gales aprobaron el uso en el hogar del medicamento abortivo mifepristona. Con ello, se permitía que las mujeres pudieran autoadministrarse el medicamento después de una consulta por Internet con un médico.
Clare Murphy, directora ejecutiva de la organización benéfica de asesoría sobre embarazos no deseados y de servicios abortivos, British Pregnancy Advisory Service, también atribuyó el aumento a la pandemia de COVID-19.
“Frente a la incertidumbre económica, la inseguridad laboral y la necesidad de compaginar tanto la educación como el trabajo en casa, las mujeres y sus parejas a veces han estado tomando decisiones difíciles ante embarazos no planificados”, afirmó Murphy.
Sin embargo, una portavoz de Right To Life UK, Catherine Robinson, comentó: “Es una tragedia nacional que se perdieran 210.860 vidas por el aborto en Inglaterra y Gales el año pasado.
Cada uno de estos abortos representa un fracaso de nuestra sociedad a la hora de proteger las vidas de bebés en el útero y un fracaso a la hora de ofrecer apoyo pleno a mujeres con embarazos no planeados”.