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A menudo pienso que si tuviera más tiempo, podría dedicar más tiempo a Dios. Siento como si las pequeñas tareas monótonas de mi rutina diaria me impidieran hacer cosas mejores y más importantes, ya sea leer un buen libro espiritual o tener tiempo para orar.
Pero me he dado cuenta de que todo eso no es cierto. Si reoriento mi pensamiento, puedo convertir la monotonía en oración.
De hecho, hay muchos santos que pasaron su vida haciendo tareas repetitivas y usaron sus tareas diarias como una ayuda para acercarse más a Dios.
Por ejemplo, a san Martín de Porres solo se le permitía hacer las tareas que otras personas no querían hacer cuando pidió unirse a un convento de dominicos. Fue esencialmente un sirviente durante gran parte de su vida, y solo después de un permiso especial se le permitió ayudar en la enfermería cuidando a los enfermos. Sus días no fueron glamorosos y no escribió ningún libro profundo ni evangelizó países enteros. Pero permitió que las pequeñas tareas que tenía que hacer lo ayudaran a acercarse más a Dios.
Chiara Corbella Petrillo, declarada Sierva de Dios, descubrió que como esposa y madre que se queda en casa podía ofrecer todo en su día a Dios por los demás. A menudo ofrecía pequeñas cosas como hacer la cama, preparar café y barrer el piso para su esposo. Descubrir este secreto ayudó a transformar su rutina diaria y lo convirtió en algo importante que cuidar en lugar de algo innecesario por lo que apresurarse.
Entonces, siguiendo el ejemplo de Martín, Chiara y muchos otros, aquí hay algunos ejemplos de formas de encontrar a Dios en las partes más aburridas y aparentemente sin importancia de tu día.
1OFRECE COMO ORACIONES LAS PARTES DE TU DÍA QUE MENOS TE GUSTAN
¿Esperando en una larga fila? ¿Fregar el suelo? ¿Arreglando la fotocopiadora en el trabajo? Ora a través de ello. Comienza un misterio del Rosario, o si necesitas más concentración, ofrece lo que está haciendo a Dios cuando empieces. Podrías decir algo tan simple como “Necesito ayuda para arreglar esta impresora” o “Señor, date prisa en ayudarme” o haz la señal de la cruz.
2DEDICA TUS FRUSTRACIONES DIARIAS POR LAS PERSONAS QUE CONOCES QUE ESTÁN SUFRIENDO
Escribe una lista de intenciones, y luego, cuando tu calentador deje de funcionar, o el tercer supermercado en el que hayas intentado encontrar un ingrediente no lo tenga, tendrás una razón para ser paciente. Tal vez esa intención sea un familiar que está luchando contra el cáncer, o un compañero de trabajo que acaba de ser despedido. En cualquier caso, da sentido a los inconvenientes que vives, además de dirigir tus pensamientos al sufrimiento de los demás en lugar de al tuyo propio.
3ORA CADA VEZ QUE ENTRAS AL COCHE
Di una breve oración a tu ángel de la guarda o un Ave María pidiendo protección en tu camino. No solo es una oración muy práctica (¿quién no necesita un poco de gracia extra mientras conduce?), sino que ayuda a dedicar mucho más de tu día a Dios.
4ESCUCHA ORACIONES O UN PODCAST ESPIRITUAL MIENTRAS LIMPIAS
¿Por qué no aprender un poco sobre tu fe mientras haces algo monótono? Aquí hay algunas ideas si no estás seguro de qué podcast escuchar:
5ORA ANTES DE COMER
Puedes decir una simple oración de "Gracias, Jesús, por esta comida" o la clásica oración "Bendícenos, Señor". Hacer y comer alimentos constantemente interrumpe nuestro día. Agradecer a Dios a la hora de comer es una forma de ofrecerle la mañana y la tarde.