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El examen de la anatomía durante la ecografía es un momento que los padres esperan con gran anticipación, ya que puede descartar preocupaciones sobre posibles problemas de salud y permite a los padres escuchar el corazón del bebé. Además, durante este examen también es posible preguntar al ginecólogo o ginecóloga por el sexo del bebé.
Aunque la principal tranquilidad que buscan las parejas es en relación a la salud del bebé, incluso cuando todo va bien quizás se sientan decepcionados por el sexo de su hijo o hija. Esto puede suceder también en el nacimiento si los padres prefirieron no saber el sexo del bebé con antelación.
Pocos padres se permiten expresar su decepción con respecto al sexo de su bebé, pero estas desilusiones no son raras. Maud, una matrona, cuenta que “las decepciones se detectan con facilidad: se produce un silencio en la habitación, los padres intercambian miradas avergonzadas y, algunos, expresan tímidamente su desencanto, pero es algo que induce mucho a la culpa”.
Maud lo ve todos los días en su trabajo: padres y madres que se sienten culpables por no sentir felicidad plena tras el anuncio de un chico o una chica cuando esperaban lo contrario. “Creo que la frase que más he escuchado es: ‘Mientras esté sano, ¡eso es lo que importa!’”.
Sin embargo, la matrona insiste en que los padres tienen derecho a sentir desencanto. “Creo que uno tiene que tomarse el tiempo de sentir esa decepción para poder seguir adelante. Esta decepción queda atrás, obviamente; tan solo hay que darse el tiempo y el derecho a experimentarla”.
Cuando la imaginación de los padres ha proyectado un futuro con un chico o una chica debido a un presentimiento, un deseo persistente o un diagnóstico errado con el primer ultrasonido, les resulta difícil dar marcha atrás y modificar sus sueños iniciales. Sin embargo, es un paso esencial hacia la aceptación y luego la alegría.
Caroline, una madre con la que hemos hablado, temía que su bebé pudiera “sentir su decepción” con respecto al nacimiento de su segundo hijo y, probablemente, reprimió el sentimiento. Con el tercero, la decepción fue aceptada más claramente. Hoy en día, dice que se ha dado cuenta de que es una madre satisfecha de cuatro muchachos.
Según la psicóloga Fanny Bert, “puede sorprenderte sentir esta decepción, incluso hasta el punto de considerarte un mal padre o madre. A veces, las personas rechazan este sentimiento y no quieren admitirlo ellas mismas. Esto termina por causar problemas a la hora de crear un vínculo con el bebé”.
“El desencanto es más común cuando los padres ya tienen dos hijos del mismo sexo, por ejemplo, y el tercero es del mismo sexo otra vez”, explica Maud. A pesar de las ventajas prácticas de ir heredando la ropa entre hermanos y de aprovechar la experiencia adquirida con los mayores, muchos padres de varios niños o niñas esperan experimentar la paternidad con niños de ambos sexos, muy conscientes de que la relación es un poco diferente. Sienten curiosidad por vivir otra parte distinta de la maternidad y la paternidad.
No obstante, muchos padres de varios hijos del mismo sexo pueden atestiguar que lo que realmente importa es la alegría de tener hijos, sin negar que el no tener un hijo del otro sexo quizás sea una pequeña cruz que carguen siempre.
Encontrar una persona con la que hablar sobre tus sentimientos puede ayudarte a pasar página, a ver todos los lados buenos de la situación, a poner las cosas en perspectiva y a no sepultar la tristeza en vez de procesarla. Hablar con tus propios padres puede ser útil, o con amigos que estén pasando por una situación similar y puedan ayudarte a encontrar maneras de disfrutar todos los beneficios de tener varios chicos o chicas. Y nunca se sabe: ¡quizás tengas otro bebé más adelante que te ayude a igualar las cuentas!
La oración también es importante y útil. Expresar y ofrecer tu dolor en el rezo te abre a recibir la gracia que necesitas para superar tus penas.
Acepta tus sentimientos sin sentirte un mal padre o madre. Sí, tenías diferentes expectativas o esperanzas. Aunque el sexo de tu bebé no es ni de lejos lo más importante, tu imaginación quizás haya construido lo que consideras un futuro ideal, un futuro que ahora sabes que no existirá.
Compartir tu experiencia con otros padres –por Internet si te resulta más fácil permanecer en el anonimato– también puede ayudarte a superar tu decepción, sublimarla y, finalmente, ¡recibir a tu bebé con total alegría!