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¿Alguna vez has realizado turismo en tu propia ciudad? ¿Conoces su historia y cada uno de sus rincones, leyendas, patrimonio cultural o curiosidades? ¿Sabes dónde puedes degustar el mejor plato típico? ¿Podrías aconsejar el sitio más agradable para tomar un buen café? ¿Sabes la razón del nombre de algunas de sus calles?
Hoy te invito a ser turista en tu propia ciudad. Regálate la oportunidad de disfrutar de ella, de cada detalle. Aprende de tu ciudad y saboréala todo lo que puedas. Es el lugar donde habitas, es una parte muy importante de tu experiencia cotidiana. Estoy segura que muchos días recorres sus calles sin mostrar interés por la experiencia que te ofrece cada metro del patrimonio que tienes delante. ¿Te animas a conocer mejor tu ciudad?
A lo largo de mi vida he vivido en diferentes ciudades de diversos continentes. Mudarse a una nueva ciudad puede resultar muy difícil al principio. Pero a la vez siempre existe la ilusión de conocer cada una de las calles que a partir de ese momento formarán parte de tu historia personal. Empiezas a buscar en internet dónde comer, las mejores tiendas, la historia del lugar, los edificios más emblemáticos, sus museos… De esta manera, empiezas a conocer la ciudad y a sentirte como en casa. Entonces, ¿por qué no disfrutar siendo turistas de la cotidianeidad? ! ¡Qué buena idea es ser turista en tu ciudad! Estoy segura de que te queda mucho por descubrir. Porque para sentirse más en casa, no hay nada mejor que intentar conocerla.
La identidad de muchas ciudades está definida por el patrimonio histórico. El término anglosajón para referirse al patrimonio, “heritage”, nos habla justamente de esto, ya que traduce también la palabra herencia. Una ciudad cargada con todo su patrimonio, cultura e historia es lo que deja una generación a la siguiente. Se trata de un valor fundamental para la población, para el civismo y para la construcción de la persona y de una comunidad. Cuanto más conozcamos nuestros antecedentes culturales, más fácil nos será acrecentar nuestra identidad.
Para ser turista en tu propia ciudad te será muy fácil cumplir con dos premisas fundamentales: viajar ligero y disfrutar de lo pequeño sin prisa. ¡Vamos a ello! Te propongo que para este viaje hagas uso de dos cosas: una cámara de fotos (puedes usar tu móvil) y un cuaderno.
A continuación, te doy una serie de consejos:
Porque viajar ligero, confiando, sin cargas, dejando espacio a Aquel que lleva la hoja de ruta es la mejor manera de vivir, de viajar y disfrutar del viaje. Aun sin salir de tu ciudad.