¿Qué hay detrás de las detenciones de personas vinculadas a la Iglesia en Venezuela? ¿Qué mensaje está enviando el gobierno de Nicolás Maduro?
Algunas parroquias de la Iglesia metropolitana de Caracas denunciaron que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) detuvieron a dos activistas laicos que trabajan en iglesias parroquiales: Jairo Pérez y Oraima Guillén.
Ambos fueron sacados de sus casas a punta de pistola y sin orden de detención. Aunque Oraima fue liberada antes de la medianoche del 15 de julio, Jairo sigue desaparecido en Venezuela.
El primero de los hechos ocurrió el 14 de julio de 2021, a las cinco de la tarde, en La Vega, al suroeste de Caracas. “El Sebin entró a la casa de Jairo Pérez, de unos 50 años. Un padre familia, comerciante y luchador social que vive en el sector Los Mangos”, dijo el padre Alfredo Infante, párroco de San Alberto Hurtado, al ser contactado por Aleteia.
El jesuita describió que “entraron con armas a la casa de Jairo. Lo encañonaron a él y a su equipo durante una actividad recreativa con niños”. Explicó que Jairo, entre otras actividades comunitarias, realiza todos los miércoles, un cine foro destinado a niños, jóvenes y adultos. “Al finalizar comentan sobre los valores”, expuso.
Alfredo Infante considera que este hecho “es un amedrentamiento, un chantaje, hacia todo los trabajos alternativos y comunitarios”. Lo cierto es que, desde entonces, Jairo Pérez, que también es activista de Cáritas y vive en los límites de las parroquias San Alberto Hurtado (parte alta de La Vega) y Santo Cristo (parte baja), está desaparecido.
El cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas en Venezuela, no dejó en silencio la detención de este laico comprometido.
“Me informan de la parroquia San Alberto Hurtado de La Vega, los padres jesuitas, que el líder comunitario Jairo Pérez, quien también es integrante de Cáritas Parroquial, se encuentra detenido. Los vecinos del barrio manifiestan preocupación por su destino y piden que se respeten sus derechos y su integridad física”, publicó en Facebook.
El mismo mensaje fue publicado en Twitter, logrando réplicas en los medios de comunicación y visibilizando este nuevo episodio de violencia por parte del gobierno de Nicolás Maduro. De hecho, Porras describió a Jairo Pérez como un hombre pacífico y siempre ocupado por ayudar a los demás. Los vecinos “manifiestan preocupación” por el destino de Jairo “y piden que se respeten sus derechos y su integridad física”, dijo.
El jueves 15 de julio, la parroquia San Alberto Hurtado, exigió en sus redes sociales su pronta liberación. “Está desaparecido. Jairo es un padre de familia honesto y luchador comunitario”, ratifican desde la parroquia a cargo del padre Alfredo Infante. Los vecinos desconocen las acusaciones que pesan sobre Jairo Pérez.
El sacerdote reconoció que, debido al trabajo comunitario, Jairo Pérez ha sido contactado por diversos partidos políticos de la oposición, pero no tiene militancia orgánica en ninguno de ellos, reconoció el padre Alfredo.
Debido a sus exigencias por el bienestar de la comunidad Jairo fue detenido en marzo de 2021. “En esa ocasión muchos de los vecinos estábamos exigiendo agua potable para La Vega. Fue detenido, pero lo liberaron inmediatamente”, indicó.
Por si fuera poco, en la madrugada del 15 de julio, también fue detenida en su residencia, la señora Oraima Guillen. Ella es catequista en la parroquia El Salvador, en la urbanización Las Acacias, al sur de Caracas. La inquietud social de Oraima, también la ha llevado a ser militante en las estructuras de base del partido Voluntad Popular.
Oraima fue descrita por Roberto Campos, como “una mujer que trabaja ayudando a la comunidad más desprotegida y abandonada por el régimen” socialista. En esa labor se le ve en varias fotografías publicadas en las redes sociales. Además, tiene una hija con discapacidad visual total. Sin embargo, “fue sacada en la madrugada de su casa por los cuerpos de seguridad. ¿Su delito? ¡Luchar por la libertad!”, dice Campos.
La denuncia fue confirmada por la parroquia El Salvador de la Arquidiócesis de Caracas:
“Nuestra catequista de Primera Comunión, Oraima Guillén, desde anoche, se la llevaron detenida y hasta ahora no sabemos de su paradero. Recemos por ella y si alguno podría ayudarnos a saber de su paradero, se lo agradeceríamos mucho”, publicaron en @elsalvadorccs.
Aunque los casos de Jairo Pérez y Oraima Guillén, pudieran tener el mismo matiz de acoso al trabajo social y político, la libertad de la catequista se produjo antes de la medianoche de este jueves 15 de julio. Jairo Pérez todavía estaba desaparecido hasta este viernes 16 de julio.
A la luz de los derechos humanos, el padre Alfredo Infante considera que “al no ser presentado ante ninguna instancia judicial, su detención es considerada una desaparición forzada”. Además, en los últimos días, el gobierno de Maduro detuvo al ex diputado Freddy Guevara, quien fue imputado por supuesta “traición a la patria”. Igualmente, desde el gobierno amenazaron a varios de sus compañeros.
Las detenciones pudieran ser un recordatorio ante el reciente comunicado emitido por los párrocos y hermanas responsables de las vicarías ubicadas en los sectores de Caracas. Ante los enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad del Estado y las bandas armadas en Venezuela, los consagrados denunciaron que tales hechos dejaron víctimas inocentes.