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Una de las características típicas de la bella Roma, son algunas calles adornadas con los históricos sampietrinos.
Los sampietrinos es un tipo de adoquín de roca magmática (volcánica), un paralelepípedo más bien de forma trapezoidal, a diferencia de los adoquines normales a forma de cubo.
Lleva el nombre de sampietrino, porque nació en el Vaticano, exactamente en la Fábrica de san Pedro, en el siglo XVI con el pontificado de Papa Sixto V, el “papa urbanista”, llamado así por la cantidad de obras que hizo no sólo en Vaticano sino también en toda Roma.
Monseñor Ludovico Sergardi (prefecto de la Fábrica de San Pedro), tras evaluar las malas condiciones en las que se encontraba la plaza frente a la Basílica, decidió pavimentarla con estos típicos bloques.
Siendo estos los primeros, los de la plaza san Pedro, se comenzó a denominarlos sampietrinos.
Más tarde Papa Clemente XII en 1736 hizo un amplio uso de él en las calles principales de los distintos distritos de Roma y en Vía del Corso, donde en los días de Carnaval y carreras se cubrieron con una mezcla de arena y toba para evitar que resbalaran personas y animales.
Los sampietrinos tienen una gran resistencia y elasticidad y el método de instalación garantiza una perfecta adaptación a la calzada, además de la completa absorción del agua de lluvia, es por eso que rápidamente adquirieron popularidad y los podemos ver todavía hoy.
Cuando uno visita la plaza san Pedro, seguramente queda extasiado al ver las grandes columnas del Bernini, el obelisco, la espectacular fachada de la basílica.
Pero un buen observador, también pondrá su atención con la mirada en el suelo, allí encontrará algunos tesoros inobservados.
La más visible es la Rosa de los Vientos, y los discos que marcan el mediodía donde cae la sombra de la cruz del obelisco en los dos días del solsticio, es decir, 22 de junio y 22 de diciembre, respectivamente solsticio en cáncer y solsticio en capricornio. Porque por si no lo sabías el obelisco de la plaza San Pedro es una gran meridiana.
Entre los sampietrinos también encontramos el lugar exacto donde cayó Papa Juan Pablo II, después del atentado el 13 de mayo de 1981.
Y hay un sampietrino muy particular, para encontrarlo tienes que aguzar la vista, allí está marcado el corazón de Nerón, una historia muy curiosa donde la puedes encontrar en el siguiente link:
Y entre las pavimentaciones más bellas de Roma siguen siendo las de la Piazza del Campidoglio, construida sobre la base de un proyecto inspirado en unos dibujos de Miguel Ángel.
También hay sampietrinos, que recuerdan unas de las partes más tristes de la historia, el "Holocausto". En varias zonas del centro de Roma, se pueden ver placas de bronce entre los sampietrinos, que recuerdan los nombres de los hebreos deportados, sacados a la fuerza de sus propias habitaciones.