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El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es, desde la Edad Media, uno de los cuatro lugares Santos de peregrinación de la Iglesia, junto con Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Desde 1961 una comunidad franciscana habita en el monasterio y se encarga del culto.
Ganar el Jubileo
El Monasterio fue fundado en el siglo V por algunos monjes de la zona del Valle de Liébana, situado entre los Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica. Desde entonces recibe amiles de peregrinos que acuden a este lugar para adorar y venerar el Lignum Crucis, un trozo de la Cruz de Cristo que llegó a este monasterio en el siglo VIII.
Este hecho propició que en 1512 el Papa Julio II otorgara el privilegio de conseguir a sus peregrinos el Jubileo en honor a la Santa Cruz cada vez que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, coincidiera en domingo. Este año es uno de ellos.
Cada 7 años, cuando los visitantes que acceden al Monasterio a través de la Puerta del Perdón, ganan la Indulgencia Plenaria, siempre que cumplan con las condiciones para conseguirla. El próximo 2023 será año jubilar lebaniego.
Peregrinos de la Cruz
Es decir, se cumplen ya más de 500 años de peregrinación a Santo Toribio de Liébana, más de 500 años de existencia del Camino Lebaniego.
De esta manera, los peregrinos que hacen este Camino, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se llaman “crucenos” por ser peregrinos de la Cruz: llamados a descubrir en la Cruz de Cristo el signo de la gloria y de la vida nueva.
Llegada de la reliquia a Liébana
Puede sorprender que un rincón tan escondido y con una orografía tan complicada pueda albergar la reliquia del Lignum Crucis. La historia nos narra que fueron los cristianos de la vecina ciudad de Astorga (León) quienes llevaron la reliquia de la cruz hasta Liébana.
Durante el siglo VIII y ante el avance de la invasión árabe por la península ibérica, trajeron a este pequeño monasterio cántabro la reliquia, por considerarlo un lugar seguro. Los vecinos de Astorga trajeron también los restos de Santo Toribio, quien fue obispo de la ciudad.
Y sobre la presencia de los restos del Lignum Crucis en Astorga, la tradición relata lo siguiente: Resulta que Toribio, un joven religioso de Astorga, viajó a Jerusalén, donde contactó con Juvenal, patriarca de la ciudad.
Una vez allí, entró a su servicio, encargándose del culto en la Iglesia del Santo Sepulcro, construida en el siglo IV sobre la montaña del Calvario por orden del emperador Constantino.
Al cabo de unos años Toribio regresó como obispo a su pueblo natal, Astorga, después de una estancia en Roma. Y se trajo con él la reliquia del Lignum Crucis.
La reliquia más grande conservada de la Cruz
Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al “brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reyna Elena (madre del emperador Constantino, en el siglo IV) dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está aserrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo”.
Los monjes del monasterio, con el fin de que la pieza del leño de la cruz se conservara mejor y no fuera “troceada” encargaron un relicario a un taller de arte de Valladolid. Fue realizado en 1679, es de estilo gótico y con forma de cruz con cabos flordesilados y la reliquia se encuentra incrustada en su interior.
Las medidas del Leño Santo son de 63 cm el palo vertical y 39 cm el travesaño, con un grosor de 3’8 cm, lo que la convierte en la reliquia más grande conservada de la Cruz de Cristo.
Además, según unas pruebas científicas realizadas en 1958, verificaron que la madera del Santo Leño es un Cupressus Sempervirens L, una variedad de ciprés autóctona de Palestina y con una antigüedad superior a los 2.000 años, lo que da prueba de su autenticidad.
Camino de Santiago
El Camino Lebaniego posee una credencial específica y un documento acreditativo de la peregrinación, llamado “La Lebaniega”, similar a la credencial del Camino de Santiago.
Son muchos los peregrinos que dirigen sus pasos hacia Santo Toribio, enlazando después con el Camino de Santiago- el del Norte o el Francés - con el fin de ganar ambos jubileos.
Se da la circunstancia de que Cantabria es la única región del mundo cristiano que cuenta con dos caminos de peregrinación Patrimonio Mundial de la UNESCO: el Camino Lebaniego y el Camino de Santiago, en este caso el llamado “del Norte”, que transcurre por esas tierras.