Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El actual régimen de Cuba, encabezado por Miguel Díaz-Canel a la sombra de Raúl Castro Ruz y del Partido Comunista Cubano, ha olvidado, en los juicios sumarios a los que ha sometido a manifestantes del pasado 11 de julio, que su líder y ejemplo, Fidel Castro, denunció esa misma práctica que viola todos los derechos humanos y legales vigentes entonces (1953) y ahora (2021).
Para entender esta paradoja hay que remontarse al 26 de julio de 1953, cuando un abogado y miembro del Partido Ortodoxo cuabano, Fidel Castro Ruz, dirigió a una gavilla de revolucionarios en el ataque al cuartel Moncada en Santiago de Cuba con la intención de conseguir armas para consolidar el movimiento que pretendía derrocar al dictador Fulgencio Batista.
Detenido y, posteriormente, condenado a 15 años de prisión por parte del Gobierno de Batista, al momento del juicio, como sería su costumbre en los años en el poder, Fidel pronunció un discurso de cuatro horas en defensa del movimiento que conducía, aduciendo, justamente, la violación de sus derechos humanos y jurídicos al ser sometido a juicio sin contar, siquiera, con un abogado defensor.
La defensa de Fidel –que él como abogado asumió—después sería publicada como el manifiesto del Movimiento 26 de julio, que fue el que derrocó a Batista y asumió el poder en 1959. De hecho, en el Manifiesto pedían reformas bastante moderadas, cosa que, más pronto que tarde, sus dirigentes cambiaron y a principio de los sesenta del siglo pasado se convirtieron al comunismo.
En la parte en la que Fidel Castro defiende al movimiento y a su persona, dijo estas palabras que bien podrían haber sido pronunciadas por alguno de los manifestantes enjuiciados y encarcelados por estar inconformes con el Gobierno de Díaz-Canel y con los años de restricciones a la libertad que pesan sobre la población cubana.
Las manifestaciones más grandes de los 60 años que lleva gobernando el Partido Comunista Cubano en la isla caribeña se dieron el pasado domingo 11 de julio. Las redes sociales dieron cuenta de la represión que sufrieron los manifestantes por fuerzas policiacas y por grupos paramilitares.
Poco a poco se ha ido conociendo la realidad de los actos que culminaron con el llamamiento de Díaz-Canel a “los verdaderos revolucionarios” para recuperar la calle. Testimonios de sacerdotes, seminaristas, jóvenes estudiantes, personas de la tercera edad y mujeres, han puesto en evidencia que los números no son, ni remotamente, iguales.
Mientras que organismos civiles como 27N y Periodismo de Barrio denuncian hasta 600 detenciones y varias decenas de juicios sumarísimos, el Gobierno cubano ha dicho que la cifra de prisioneros “no está disponible”, que solo 59 personas han sido procesadas y ninguna a partir de juicios sumarios, como han denunciado familiares de los presos.
A la diferencia en número de detenidos y procesados, se une la polémica entre si ha habido o no juicios sumarios, es decir, acusación de detenidos sin posibilidad de defensa y condena directa a pasar a la cárcel, apenas sin posibilidad de apelación de la sentencia.
El caso más sonado ha sido el de Ányelo Troya, un joven realizador de video de 25 años, creador del videoclip “Patria y Vida” que se ha convertido en un himno de los manifestantes y está en camino de convertirse en una consigna tan fuerte como la de “Patria o muerte” de los revolucionarios comandados por Fidel Castro.
A Troya, según han narrado sus familiares, lo detuvieron mientras realizaba una grabación de las protestas. Se lo llevaron a la cárcel, los familiares no tuvieron contacto con él y solo supieron que fue condenado a un año de prisión por “desorden público” en un procedimiento de juicio sumario.
El pasado 3 de agosto, la junta directiva de la Conferencia Cubana de Religiosas y Religiosos (Concur) ha publicado un manifiesto en el cual pone en evidencia que, por el acompañamiento que han realizado a las familias de los detenidos, existen personas “a la espera de juicio, bajo investigación y otras sancionadas con penas muy severas”.
La Concur solicitó el “sobreseimiento libre de las actuaciones, en los casos de las personas que ejercieron su derecho constitucional de manifestarse pacíficamente”, según lo ampara el artículo 56 de la Constitución Cubana, así como “el cumplimiento de la legalidad, las normas del debido proceso y ponderación de la edad y antecedentes sociales de los participantes en los hechos”.
Otra voz importante, la del cantante y compositor Pablo Milanés, uno de los más grandes exponentes de la “nueva trova cubana” expresó su pesar por la actuación del Gobierno actual: "Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”.
Lo que en 1953, frente a un tribunal amañado, sin defensa posible y sometido a juicio sin contar con elementos legales a su alcance, dijo Fidel Castro, ¿no tendría vigencia ahora?