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No hay un outfit veraniego que se resista a unas joyas coloridas como complemento. Las pulseras y collares de colores vivos resaltan más nuestro bronceado y este verano se han convertido en tendencia de una manera aún más especial.
Han vuelto las pulseras de cuando eramos niñas. Pulseras de diferentes formas y colores: pulseras de hilo, pulseras de cristales de colores, pulseras de bolitas sintéticas, pulseras hechas con gomitas…
Hacer pulseras puede convertirse en una actividad bonita para los niños durante el verano. Preparar pulseras, las típicas de mercadillo de playa, es una manualidad muy asequible para los más pequeños. Ellos solos serán capaces de crear modelos preciosos según la paleta de colores elegida.
Se trata de una manualidad muy sencilla, de la que podemos encontrar muchísimos tutoriales en YouTube, buscando según los materiales que queramos usar. Además, contamos con un gran banco de inspiración en Pinterest.
Las pulseras multicolor están hechas para el verano y este verano más que nunca son tendencia. Aunque a primera vista pueda parecer una actividad complicada para los más pequeños, siempre se puede adaptar el modelo según las diferentes edades.
Se trata de una actividad con muchas bondades y que también se puede realizar en familia.
Quizás, unas de las virtudes más importantes y necesarias para realizar pulseras sean la paciencia y la perseverancia. En la vida, en todo proceso existen tiempos para ver los logros o frutos del trabajo realizado: nada es inmediato.
En el mundo actual, estamos inmersos en el “ya y ahora”: todo se consigue a base de click en escasos segundos. La constancia requerida para hacer una pulsera hará valorar a los niños la importancia del tiempo y les enseñará a cultivar la paciencia y dominar la frustración.
¿A quién no le ha ocurrido alguna vez que se le hayan salido todas los abalorios de un hilo cuando la pulsera estaba ya casi terminada? Las reacciones emocionales establecidas en la infancia y su manera de gestionarlas ayudarán a nuestros hijos a forjar su propia regulación emocional.
Eso no significa que no puedan sentirse abrumados o tristes cuando detectan que se han equivocado al inicio de su trabajo en la pulsera y, para arreglar el problema surgido, tienen que deshacerla casi entera.
Volver a empezar después de un contratiempo es una decisión de valientes que les hará más fuertes y en un futuro manejarán mejor cualquier situación difícil. Es muy importante entender que en la vida el fracaso o la equivocación son oportunidades para seguir adelante.
Comprender que el error es parte de la vida es el primer paso para levantarse. Asumir una equivocación en un hecho tan simple como es una pulsera ofrece a los niños la oportunidad de rectificar y de valorar el trabajo bien hecho.
Además, los materiales para hacer pulseras son muy fáciles de conseguir en cualquier lugar: ¿a qué estás esperando? Comienza a buscar inspiración y prepara los materiales para explicar a tus hijos cada uno de los pasos de su confección.
Aprovecha la ocasión para pasar una tarde en familia: una vez elaborada la primera pulsera, el resto no “será coser y cantar” porque tendrán momentos de “crisis” en el proceso de realización, pero de todo esto saldrán más creativos, más pacientes y más fuertes.
Puedes incentivar a tus hijos ofreciéndoles la posibilidad de vender pulseras entre familiares y amigos, en la playa, en la parroquia... Con las pequeñas ganancias podrán apoyar a algún proyecto solidario o familia necesitada y así la satisfacción del trabajo bien realizado a pesar del esfuerzo requerido será mucho mayor.
Y así las pulseras de verano se convertirán en algo grande, porque lo más insignificante y pequeño se hace grande cuando perseveramos haciéndolo por amor.