El 67% de la población mundial vive en países que persigue cristianos, violando gravemente la libertad religiosa. Los datos son de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que ha elaborado un amplio y detallado informa anual sobre las condiciones de ese derecho humano fundamental en todas las regiones del mundo. La edición más reciente del informe es de abril de este año.
La institución ayuda a los cristianos necesitados mediante una extensa red de proyectos de ayuda, atendiendo cada año a más de 5 mil pedidos de ayuda de obispos y superiores religiosos en más de 140 países.
El pasado viernes 6 de agosto, promovido por la propia Fundación Pontificia, tuvo lugar en decenas de países la séptima edición de la Jornada Mundial de Oración por los Cristianos Perseguidos.
La iniciativa fue lanzada en 2015, desde entonces, se ha realizado anualmente en el mes de agosto. La fecha escogida evoca uno de los más emblemáticos episodios recientes que demuestran la actualidad y la gravedad de la persecución anticristiana: en la noche del 6 de agosto de 2014, nada menos que 100 mil cristianos fueron forzados a abandonar su casa en la Planicie de Nínive, en el norte Irak, para huir del cobarde y sangriento odio jihadista del bando fanático Estado Islámico.
Las formas de persecución siguen siendo muchas y graves. Han habido políticas explícitas de pisotear la libertad religiosa, como la perpetrada por los regímenes comunistas de China y Corea del Norte, pero también existen amenazas dramáticas del terrorismo islámico. En Nigeria, por ejemplo, los yihadistas de la banda Boko Haram y el grupo étnico pastoril nómada Fulani matan a unos 17 cristianos al día.
En ese mismo país, una ola de secuestros de sacerdotes y religiosas ha asustado y puesto en riesgo permanente la vida de miles de sacerdotes, seminaristas y monjas. El mismo escenario se está observando en varios otros países de África, como Malí, la República Centroafricana, Burkina Faso y el Congo. También hay casos en aumento en Asia e incluso en América, especialmente en Haití y México.
Regina Lynch, directora de proyectos de ACN International, comentó en particular sobre el drama de los secuestros:
“Estamos constatando que los secuestros, especialmente de sacerdotes y religiosas, se han vuelto un arma y un medio de presión en varios países. Muchos sacerdotes y monjas desaparecen durante años. Otros miembros de la iglesia no sobreviven a los secuestros. Los secuestradores logran su objetivo: aumentar el miedo y el terror entre la población. Es una situación preocupante ”.
En la edición de este año de la Jornada Mundial de Oración por los Cristianos Perseguidos, se animó a todas las parroquias de los países participantes a involucrar a los fieles en una cadena de oración por los cristianos perseguidos en todo el mundo.