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El sueño de varios años finalmente se hizo realidad. Así lo esbozó el arzobispo de Santa Cruz (Bolivia), monseñor Sergio Gualberti, durante la Bendición del sitio cuyo lema reza “Jenerechú, fuego vivo de esperanza”.
He aquí el bello Santuario de la Virgen María, tres veces admirable de Schoenstatt en el Urubó – Parroquia San Juan Bautista – Porongo.
En efecto, luego de la parálisis impuesta en 2020 tanto por la situación política de Bolivia como por la pandemia, la consagración tuvo que esperar a 2021 para hacerse realidad. Pero finalmente se realizó con la presencia de cientos de peregrinos provenientes desde sitios de Bolivia como de Chile, además del seguimiento a través de las redes sociales de personas de otros países como Paraguay, Colombia, Perú y hasta Costa Rica.
Según recuerda el portal de la Iglesia de Santa Cruz en su web, “en Bolivia el Movimiento de Schoenstatt nace en la ciudad de La Paz el año 1974, en donde cuentan con un Santuario filial que Dios mediante, cumplirá 30 años el año 2022”.
“En Santa Cruz la Virgen María se manifiesta de una forma especial a través del matrimonio de +Enzo Bagnoli y Ruty Suarez, quienes en los años ’90, pasaron por una gran prueba de dolor en la cual es la misma Madre de Dios, a través de la imagen de la Virgen de Schoenstatt, quien se les manifiesta y quiere venirse con ellos desde Ciudad de México para instalarse en el pueblo cruceño y desde este terruño comenzar esta gran obra de evangelización de la Iglesia”, se agrega.
Según se informó también, el santuario cuenta con tres reliquias:
“La del Papa San Juan Pablo II, quien habló en varias oportunidades sobre Schoenstatt, y las reliquias de los Beatos misioneros y mártires Miguel Tomaszek y B. Zbigniew Strzalkowski, asesinados en odio a la fe y a sus obras de caridad de parte de Sendero Luminoso en el Perú hace 30 años”.
La ceremonia empezó con la entrega de llaves y plano del santuario a Gualberti, además de la bendición tanto del exterior como del interior del templo, la dedicación de la iglesia, la unción del altar y la misa.
"La peregrinación es una expresión de fe, esperanza y amor del pueblo creyente, así nos han dicho los Obispos de América Latina reunidos en Aparecida: 'La decisión de partir hacia el santuario ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza, y la llegada es un encuentro de amor'", expresó Gualberti con respecto a un sitio que se posiciona como centro de devoción y peregrinación.
“La mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio. También se conmueve, derramando toda la carga de su dolor y de sus sueños. La súplica sincera, que fluye confiadamente, es la mejor expresión de un corazón que ha renunciado a la autosuficiencia, reconociendo que solo nada puede. Un breve instante condensa una viva experiencia espiritual”, concluyó Gualberti.
A continuación algunas de las imágenes de la consagración: