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La situación sanitaria con respecto al coronavirus en Brasil y el resto de América Latina ha ofrecido cierto alivio en los últimos meses. El avance de la vacunación, aún con grandes desafíos en la región, además de la disminución de casos positivos o fallecidos, ha reforzado la esperanza.
No obstante, el llamado a no bajar la guardia persiste. Aún queda por delante la continuidad de una batalla que para nada deber darse por ganada: máxime ante las amenazas de nuevas variantes del virus o poblaciones con complicaciones para cuidar aspectos sanitarios.
En medio de esto, una lucha que ha dejado una profunda huella de dolor (Brasil sigue siendo uno de los más afectados a nivel mundial con más de 500.000 fallecidos) y un sinfín de coletazos. He ahí donde aparecen factores como la educación, el trabajo y la alimentación. El aumento de menores que han dejado de estudiar, así como de personas que han perdido empleo y otras tantas que han caído en la pobreza es una dura realidad.
Para paliar estos efectos, desde 2020 está en marcha en Brasil la Acción Solidaria de Emergencia “Es hora de cuidar”. Se trata de una acción de misericordia que tiene a la Iglesia como protagonista. El objetivo es ayudar a los más vulnerables a la hora de poder alimentarse en medio de la crisis del coronavirus.
En las últimas horas, la propia Iglesia de Brasil ha publicado en su sitio web un nuevo balance de la acción con énfasis en la segunda fase que empezó en junio de 2021. Es ahí donde se informó que la campaña “Es hora de cuidar” ha recolectado en esta etapa 2.3 millones de kilos de alimentos.
En 2020, año en que comenzó la acción, la marca se aproximó a los seis millones de kilos de alimentos.
Uno de los encargados de reflexionar sobre el alcance de esta campaña, que se ha desarrollado en sitios como el Estado de Piauí (región nordeste), fue el arzobispo de Teresina (PI), Jacinto Brito.
“En estas sombras de dolor, angustia, incluso de muerte, llegamos con una palabra de esperanza y con una propuesta de vida que cuenta con el apoyo de nuestro gobierno estatal”, expresó.
En tanto, se recuerda que las organizaciones socias en la acción son la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños, Cáritas Brasileira, la Conferencia de Religiosos de Brasil, el Movimiento de Educación Básica y la Asociación Nacional de Educación Católica de Brasil.