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Motivados por la necesidad de mantener comunicación con las personas mayores que forman parte de la pastoral del adulto mayor en esa diócesis del sur de Chile, sus encargados pusieron en práctica una nueva forma de conectarse con ellos, formando grupos de WhatsApp llamados “Arca”.
“A salvo, comunicados y unidos”, reza el lema que invita a todas las personas a aportar con teléfonos móviles inteligentes, para hacer posible que más adultos mayores puedan sumarse y participar de estos grupos.
La pandemia del COVID-19 vino a aumentar la desprotección, soledad y abandono para muchos adultos mayores en Chile. Los efectos más graves se han visto reflejados en su salud mental, agudizada por la permanente restricción de no poder realizar una vida normal y mantener contacto con sus seres queridos y amigos.
En julio de este año, el papa Francisco lanzó un nuevo llamado pidiendo cuidar a los mayores porque "no son sobras de la vida o desechos que se deben tirar", sino personas que se han ocupado de criar a las generaciones más jóvenes, de darles amor y comprensión.
En Chile este llamado ha sido acogido con fuerza en la Arquidiócesis de Concepción, tomando en cuenta lo acelerado que se vive el proceso de envejecimiento poblacional.
Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, la población mayor de 60 años llega casi al 12% del total del país y para el 2035, se estima que alcanzará el 20%. La mayor concentración de personas mayores se encuentra en la Región Metropolitana, Valparaíso y el Biobío.
Es en Concepción región del BioBio, donde Carlina Pradenas, coordinadora de la Pastoral del Adulto Mayor, emprendió la iniciativa de los grupos Arca:
“Esto se generó por la necesidad de ver a nuestros mayores a la cara y conocer cómo están. Partimos primero con la creación de un grupo para realizar videollamadas y fue en una de esas conversaciones que una de las participantes dijo que nos debíamos llamar 'Arca', porque tal cual Noé salvó a la humanidad, ahora esta Arca salva a los adultos mayores, apoyándolos en medio de una pandemia. Entonces al ver los resultados de este encuentro, surgió la idea de seguir multiplicando arcas”.
Cada grupo se compone de ocho personas y fue en el proceso de generar nuevas arcas, cuando se percataron de la gran cantidad de personas que no tenían con qué comunicarse y participar, porque la mayoría maneja un móvil antiguo, que solo tiene la opción de llamada. Entonces lanzaron una campaña de recolección que está abierta y busca recaudar al menos 200 teléfonos en buen estado, para lo cual una empresa de telecomunicaciones donó ya 200 chips.
Maritza expresa la importancia de esta iniciativa:
"Para mí el uso del celular y la tecnología también ha sido impactante. Una de mis hijas me enseñó a conectarme y realizar llamada por video, así pude participar de las reuniones y los grupos. Lo mismo le pasa a las socias de mi grupo, que están solas y no tienen alguien que las ayude y enseñe. Tenemos una compañera, 'Alicia', que solo puede compartir cuando una de sus hijas le presta el teléfono y la conecta".
"La verdad es que muchos esperamos ansiosos la reunión de cada semana, los que no pueden o no saben cómo conectarse son apoyados por sus hijos y su familia. Tenemos momentos de oración, hablamos de tejido, bordado, incluso de reciclaje y cómo reutilizar las cosas que tenemos en la casa y vamos mostrando por pantalla todo lo que avanzamos en la semana. Por supuesto que también conversamos de diferentes temas y nos divertimos un rato”, agregó.
Sobre el aporte que esta iniciativa está teniendo para las personas mayores en esa zona del país, la coordinadora de pastoral comenta:
“La mayor riqueza es que dentro de los grupos participan personas que no se conocen, que no habían tenido ocasión de compartir. Tenemos el caso de una adulta mayor cercana a los 90 años 'Anita', quién ha dicho que su única esperanza es llegar a conocer a su grupo en persona y poder abrazarlos antes de dejar esta tierra”.