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Dos de los diez países más católicos del planeta (Colombia y México) y uno en el que el catolicismo está creciendo con mayor vigor (Filipinas) lideran el "ranking" de los países que en 2020 atacaron con mayor virulencia a quienes defienden su hogar, su hábitat, el futuro de sus hijos: los defensores de la tierra y del medio ambiente.
Según la organización no gubernamental Global Witness (GW), quien desde 2012 recopila datos sobre los asesinatos sufridos por los ambientalistas, el año pasado fue el peor de todos los que ha monitoreado y tiene evidencia de que, a medida que se intensifica la crisis climática, también aumenta la violencia contra quienes protegen su tierra y al planeta.
“Ha quedado claro que la explotación irresponsable y la codicia que impulsan la crisis climática también están impulsando la violencia contra los defensores de la tierra y el medio ambiente”, dijo en su informe GW, estableciendo una relación que, de ordinario, pasan por alto aquellos que niegan o desestiman el cambio climático que está sufriendo la Tierra.
“En 2020, registramos 227 ataques letales, un promedio de (poco) más de cuatro personas por semana, lo que lo convierte en el año más peligroso registrado para las personas que defienden sus hogares, la tierra y los medios de vida, y los ecosistemas vitales para la biodiversidad y el clima”, subrayó el informe de GW.
En un apretado resumen, los ataques mortales puede decirse que tienen lugar en el contexto de una gama más amplia de amenazas contra los defensores, incluidas la intimidación, la vigilancia, la violencia sexual y la criminalización por parte de quienes están buscando eliminar trabas y explotar de forma privada los recursos naturales que le pertenecen a la humanidad.
“Nuestras cifras son casi con certeza una subestimación, y muchos ataques contra defensores no se denuncian”, afirmó GW, puesto que las víctimas y sus familias temen represalias por parte de quienes no se tientan el corazón para empobrecer al planeta.
En 2020, más de la mitad de los ataques tuvieron lugar en solo tres países: Colombia, México y Filipinas. Por lo demás, Colombia, no obstante los Acuerdos de Paz de 2016, registró por segundo año consecutivo el mayor número de asesinatos de defensores de la tierra y del medio ambiente con un total de 65 asesinatos, principalmente de líderes indígenas.
En México, GW documentó treinta ataques letales en el año 2020. Si bien fueron menos de la mitad que los de Colombia, la situación mexicana se torna gravísima puesto que el número de asesinatos creció 67 por ciento de 2019 al año pasado. La principal fuente de estos ataques sucedió debido a la tala clandestina. Y lo peor: 95 por ciento de los crímenes quedaron en la total impunidad.
Finalmente, en Filipinas, el deterioro de los derechos humanos con la presidencia de Rodrigo Duterte se ha cebado en contra de quienes se enfrentan a industrias dañinas (minería, tala y represas). “Desde 2016 hasta finales de 2020, 166 defensores de la tierra y el medio ambiente (29 en 2020) han sido asesinados, un aumento impactante para un país que ya era un lugar peligroso para defender el medio ambiente”, señaló GW en su informe anual.
A Colombia, México y Filipinas, desgraciadamente le sigue el primer país con mayor número de católicos del mundo, Brasil, con 20 asesinatos; Honduras con 17, República Democrática del Congo con 15, Guatemala con 13, Nicaragua con 12 y Perú, con 6 asesinatos. Desde luego, América Latina se erige como el continente con mayor número de ataques letales a defensores del medio ambiente.
En los casos en que los defensores fueron atacados por proteger ecosistemas particulares, el 70 por ciento estaba trabajando para defender los bosques del mundo de la deforestación y el desarrollo industrial. En Brasil y Perú, casi las tres cuartas partes de los ataques registrados tuvieron lugar en la región amazónica de cada país, según el reporte de GW.
El organismo agregó que “casi el 30 por ciento de los ataques estaban relacionados con la explotación de recursos (tala, minería y agroindustria a gran escala), represas hidroeléctricas y otra infraestructura. De estos, la tala fue el sector vinculado a más asesinatos, con 23 casos. México experimentó un gran aumento en los asesinatos relacionados con la tala y la deforestación, con 9 en 2020”.
La crisis climática no solo está afectando a todas las personas en el mundo (más a las personas y a los países pobres), también está afectando a los defensores de la tierra y el medio ambiente. Una acción climática significativa requiere proteger a los defensores y viceversa.
Sin un cambio significativo, es probable que esta situación empeore a medida que se acaparen más tierras y se talen más bosques en aras de las ganancias a corto plazo, tanto la crisis climática como los ataques contra los defensores seguirán sucediendo, señaló GW en su informe. Y recomendó fomentar a nivel global el reconocimiento formal del derecho humano a un medio ambiente seguro, saludable y sostenible.
"En cada historia de desafío contra el robo y el acaparamiento de tierras por parte de las empresas, contra la contaminación mortal y contra los desastres ambientales, hay esperanza de que podamos cambiar el rumbo de esta crisis y aprender a vivir en armonía con el mundo natural. Hasta que lo hagamos, la violencia continuará”, terminó diciendo GW en este documento.
