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A fines del año pasado, en el concurso Talent de la televisión francesa, una familia católica dedicada al canto de la música sacra no sólo se ganó el corazón del público sino también logró triunfar en el certamen. Se trata de la familia Lefèvre, formada por Gabriel y Anne y sus seis hijos Gaël, Blanche, Clement, Emmanuel, Paloma y Raphaël.
La familia ha combinado desde siempre la belleza de la música con la profundidad de su fe católica. “Estamos haciendo lo que amamos y no fingimos”, declaraba el padre durante el certamen, “damos testimonio de lo que somos, y somos creyentes.” Esto en principio les valió algunos prejuicios e incluso comentarios despectivos de parte del jurado, pero todo ello fue derribado al escuchar sus maravillosas interpretaciones. “Después de que nos vieron de verdad y nos oyeron cantar, no sólo cambiaron de opinión sino que nos pidieron disculpas”, comentó Gabriel.
“Juan Pablo II dijo: ‘No tengáis miedo’. No tenemos miedo de decir quiénes somos, incluso si pudiéramos terminar en el foso de los leones. Y esto lo aplicamos en todas las áreas de la vida. Y si decidimos presentarnos así en la televisión es porque estamos preparados para ello. No es un capricho. Hemos meditado mucho la parábola de los talentos”, afirmaba Gabriel en una entrevista con La Vie.
La afición a la polifonía de la música sacra la fueron desarrollando en sus oraciones familiares. Con el tiempo se animaron a organizar vigilias de Adoración y más tarde empezaron a dar conciertos en la iglesia, antes de saltar a la fama a través del concurso televisivo. “Siempre hemos traído a nuestros hijos a la iglesia. Luego a los conciertos. Les gusta cantar y cantamos juntos. Eso es todo. Cantamos con cada uno de nuestros hijos ya desde nueve meses antes de su nacimiento, quizás es por eso.”
La noticia de las últimas semanas es que en octubre lanzarán su primer álbum con Universal Music y el último lunes 20 se ha dado ya a conocer el primer sencillo.
Cantate Domino del compositor británico contemporáneo Karl Jenkins.