Apenas hace unos días, fue restaurada la última Piedad de Miguel Ángel, la Piedad Bandini o florentina como se suele llamar.
Con la restauración salió a la luz el por qué el gran artista había abandonado la obra.
Muchos conocemos la famosa Piedad que se encuentra en la Basílica de san Pedro, obra maestra de un joven Miguel Ángel, que como era poco conocido dejó su “autógrafo” en la estatua.
En cambio la Piedad Bandini, la realizó entre el 1547 y 1555, siendo una de las últimas esculturas realizadas por el maestro.
Al igual de la del Vaticano, la Bandini está rodeada de varios hechos curiosos:
La escultura está compuesta por cuatro personajes: Cristo, en brazos de Nicodemo, la Virgen María y María Magdalena.
Es una composición piramidal, con un cuerpo de Cristo inerte que cae a forma de zigzag, o serpenteante.
Miguel Ángel, comenzó a realizar esta obra para colocarla en su futura tumba, por deseo suyo, en la basílica de Santa María la Mayor.
A diferencia de la Piedad de san Pedro, en la que los personajes demuestran serenidad, en la Piedad florentina, en cambio, el dolor, el drama y la angustia, son el tema principal.
Miguel Ángel se autorretrató en Nicodemo, quizás para poder favorecer a la “piedad” y la misericordia de Cristo, para cuando llegara su hora.
Dice la leyenda que su fiel servidor llamado Urbino, cansado debido a su vejez del ir y venir por los encargos del artista, se lamentó de que no terminaba de una vez la escultura. Miguel Ángel, enojadísimo y descontento de su obra, la agarró a martillazos.
La obra inutilizable fue comprada por Francesco Bandini, quien pagó a Tiberio Calcagni, ex alumno de Miguel Ángel, para que la restaurara.
En principio la obra tenía sólo tres personajes, y Calcagni le agregó una cuarta: Maria Magdalena, que queda desproporcionada en la totalidad de la obra por ser de inferior tamaño al lado de los otros personajes.
Antes de morir, Miguel Ángel, cambió su deseo de ser enterrado en Roma por Florencia, y la estatua luego de varios cambios de propietarios fue trasladada a Florencia. Hoy es conservada en el Museo dell’Opera del Duomo
Como mencionamos al principio, con la restauración que duró casi dos años, salió a la luz, el por qué Miguel Ángel habría abandonado la obra.
El mármol de la escultura, presentaba una considerada cantidad de micro fracturas. El bloque de mármol era defectuoso y a diferencia de aquellos que el artistas solía usar (Carrara), provenía de Breccia Medicea.
Por lo tanto, queda desmentida la leyenda de Miguel Ángel y su enojo con su fiel servido Urbino, a no ser que Calcagni haya restaurado los martillazos...