En 1931 el primer ministro español Manuel Azaña, proclama: "España ha dejado de ser católica''.
En mayo arden un centenar de iglesias y conventos y el cardenal Segura, arzobispo de Toledo y primado de España, debe abandonar el país.
El año siguiente expulsan de España a más de treinta mil jesuitas. Y en el año 1933 la ley de Confesiones y Congregaciones prohíbe a las órdenes religiosas enseñar la fe y todo tipo de actividad.
Ese año gana las elecciones el partido de derecha, pero la izquierda radical no acepta el resultado y lanza la revolución.
Miles de cristianos asesinados en España en el siglo XX
Se inicia la persecución violenta: solo en diez días acaban con la vida de 12 sacerdotes, 7 seminaristas y 18 religiosos e incendian 58 templos.
Es en este contexto de donde nacen estos mártires, torturados y asesinados por el odio a la fe.
Desde 1931 hasta 1939 mueren asesinados en España 4.840 sacerdotes, 2.365 religiosos y 283 monjas.
La Iglesia reconoce el heroísmo de los mártires
Benet de Santa Coloma de Gramenet, Domingo de Sant Pere de Riudebitlles y Josep Oriol de Barcelona, todos ellos frailes capuchinos, pertenecen a este número de mártires de la guerra civil española.
Por su increíble testimonio de fe y de fidelidad la Iglesia los reconocerá beatos este sábado 6 de noviembre de 2021 en la basílica Santa María de la Seu de Manresa.
Monseñor Angelo Becciu, cardenal prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidirá la misa de beatificación.
La beatificación de estos tres mártires capuchinos, asesinados en Manresa en 1936, es la primera que se realiza en este obispado desde que el papa Benedicto XVI trasladó -desde Roma- estas ceremonias a las diócesis de los beatificados para llevar su testimonio a la Iglesia local.
Desde 1955 la diócesis de Vic ingresó el proceso. Luego, en 1962, llegó a Roma donde continuó y culminó en el año 2005. Finalmente, el pasado 24 de enero, el papa Francisco aprobó que la beatificación sea oficial.
Fray Benito
Fray Benito es el nombre de religioso de Josep Domènech Bonet.
Nacido en Santa Coloma de Gramanet en 1892, fue el fundador de los “Amigos del canto gregoriano” y maestro de novicios en Manresa.
Fue un capuchino modélico de talante ascético. Un ejemplo de vida consagrada que sabía exigir con ternura y firmeza a sus novicios.
Unos milicianos lo detuvieron el 6 de agosto de 1936, lo torturaron y lo asesinaron el 7 de agosto de 1936.
Fray Domingo de Sant Pere de Riudebitlles
Juan Romeo y Canadell nació en Sant Pere de Riudebitlles en 1882.
En 1917 fue enviado a América Central. Durante 17 años, trabajó pastoralmente en Cartago (Costa Rica) y Managua (Nicaragua).
Después de un apostolado muy intenso, en 1930 volvió a Cataluña enfermo y vivió la última etapa de su vida en el convento de Manresa.
Lo identificaron y detuvieron como eclesiástico en casa de unos parientes donde había sido acogido. Murió asesinado el 27 de julio de 1936.
Fray José Oriol de Barcelona
El tercer nuevo beato, Jaume Barjau Martín, nació en Barcelona en 1891.
El Padre José Oriol se ordenó sacerdote en 1915 y se dedicó a la predicación, la atención al confesionario, la dirección espiritual y la investigación histórica.
Preparó la edición del “Chorale Psalterium”, obra que recibió los elogios del papa Pío XI. El Padre Oriol y el reverendo Pedro Vintró fueron los primeros en morir asesinados en Manresa por su condición religiosa el día 24 de julio de 1936.
El Padre Oriol había encontrado refugio en una casa vecina al convento, celebraba clandestinamente la misa y visitaba y administraba clandestinamente los sacramentos.
En una de estas salidas que fue descubierto y detenido. Tras manifestarse religioso, fue insultado y azotado mientras él perdonaba a sus verdugos. Finalmente fue asesinado.
Juan Pablo II dijo en el año 2003, refiriéndose a los mártires europeos: