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Nunca imaginas por dónde te puede llegar el momento más feliz del día. A Arancha Martínez, propietaria de la librería Santos Ochoa, de Huesca (España), le llegó a primera hora de la mañana al abrir el establecimiento.
Al ir a comenzar la jornada laboral como tantos otros días, a la librera le sorprendió un pequeño objeto que alguien había depositado en la entrada de la tienda. Era una pequeña bolsa de plástico transparente y precintada. En su interior se veía una nota en papel de pot-it y una monedita. La nota decía así:
Los 20 céntimos que debía el niño
La monedita eran los 20 céntimos que el pequeño quedó a deber.
A la librera le alegró ver la misiva. Tanto, que enseguida contactó con las personas de su equipo y decidió compartir en el perfil de Instagram de la Santos Ochoa lo que acababa de ocurrirle.
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“Son pequeñas cosas que hacen grande al mundo”, afirma Arancha Martínez.
Ella no había atendido al niño porque acostumbra a atender a los clientes por la mañana. No tenía conocimiento de lo que había ocurrido la tarde anterior. Pero la sorpresa era digna de un aplauso para un padre o madre que se esmeraba tanto.
"Estos buenos valores están todavía presentes"
“Llama la atención el hecho del esfuerzo de escribir la nota, poner los 20 céntimos dentro de la bolsita y acercarse a la tienda para dejarla... Quiere decir mucho de los valores que tiene esa familia. Significa que estos buenos valores están todavía presentes en la sociedad y eso es algo de agradecer”, dijo.
Al poco las redes sociales se hacían eco de este gesto y la sorpresa fue doble para Arancha: “No pensamos que iba a causar tanta sensación”, afirmó.
La librera comentó: “Esta nota y los 20 céntimos, que nos demuestran la buena gente que son nuestr@s client@s, no por los céntimos sino por la preocupación de es@ madre/padre y de volver hasta nuestra tienda. No sabemos quién lo ha dejado, pero nos encantaría conocerte y agradecerte el detalle. Por cosas así, ¡¡¡¡nos encanta nuestro trabajo!!!!”
Arancha Martínez intuye que es una madre conocida quien tuvo este gesto, pero espera que la autora (o autor si es otro padre) se identifique. “Le quiero dar un abrazo y le daré las gracias por los valores que está inculcando a sus hijos”, dice.