La imagen fue compartida con Aleteia por la hermana Nora, religiosa capuchina procedente de Argentina, desde el santuario de la Madre Francisca Rubatto ubicado en Belvedere, un barrio de la ciudad de Montevideo.
Lo que se aprecia es a la Virgen de los Treinta y Tres, la patrona de Uruguay, junto al sitio donde descansa la Madre Francisco Rubatto, la hermana capuchina nacida en Italia, pero con corazón muy comprometido con el país sudamericano.
Efectivamente, en los días en que Uruguay celebra la fiesta de su patrona (8 de noviembre, pero con peregrinación el próximo 14), desde el Vaticano llegó la confirmación de una noticia esperada hace dos años. La Madre Francisca Rubatto será canonizada el 15 de mayo de 2022. Con esto, Rubatto es considerada la primera santa del Uruguay.
“Una caricia de Dios para Uruguay”
Fue la propia Nora la encargada de confirmar, en su diálogo con Aleteia, la alegría del anuncio de la fecha de canonización de la Madre Francisca Rubatto. Si bien era una noticia esperada desde hace dos años cuando se aprobó el milagro (22 de febrero de 2020) por el cual será canonizada, la pandemia del coronavirus retrasó el anuncio de la fecha en que se realizará la ceremonia en Roma.
“¡Siempre es una sorpresa!”, exclamó Nora, quien también señaló que por estas horas se estaba compartiendo la noticia entre los integrantes de la comunidad.
“Todos responden con alegría y gratitud. Y pensando qué podemos hacer desde acá, que tenemos el privilegio de que ella (como se ve en la imagen) esté con nosotros acá en el santuario”, prosiguió Nora.
Por último, la hermana Nora, que es argentina, reflexionó: “Es una caricia de Dios para este pueblo, tener una santa en medio de ellos”.
En medio de la alegría por noticia, de ahora en más comenzará la etapa de planificación con respecto a cómo será la participación en la celebración en Roma, pero también qué se hará en Uruguay para acompañar ese momento tan especial.
Mientras tanto, vale la pena volver la mirada sobre esa foto, la Virgen de los Treinta y Tres, la patrona de Uruguay junto a su primera santa. Sin duda una imagen que hoy llena de alegría a los fieles.
¿Quién es la Madre Rubatto?
Nacida el 14 de febrero de 1844 en la provincia de Piamonte (Italia), a los cuatro años perdió a su padre y a los 19 a su madre, hecho que la hizo viajar a Turín. Inmediatamente Ana María Rubatto empezó a trabajar por los más necesitados, entre otras cosas a través de la enseñanza del catecismo y la visita a enfermos.
En el año 1883 Ana María viaja a la localidad de Loano y es ahí, según recuerda el sitio web de las Hermanas Capuchinas de Madre Rubatto, donde un día, al salir de la iglesia, oyó lamentos y llantos tras la caída de una piedra proveniente de una construcción que había caído sobre la cabeza de un joven. En ese momento Ana María auxilió al muchacho, “lavó y curó la herida”.
La construcción, prosigue el relato, debía albergar a una comunidad femenina y se estaba buscando directora. Fue ahí cuando el padre capuchino Angélico de Sestri Ponente pensó que Ana María podría hace cargo de la dirección.
Hasta ese momento Ana María trabajaba en los oratorios salesianos, por lo cual la decisión la tomó junto a su director espiritual y el propio Don Bosco. Después de mucha oración decidió ser parte de esta nueva familia religiosa.
Cruzó el océano
Y partir de esa decisión el gran viaje de Ana María hacia la santidad se consolidó, pues -luego de cambiar su nombre por el de Hermana María Francisca de Jesús- en 1892 cruzó el océano con otras religiosas para fundar casas en Montevideo, la capital de Uruguay. Pero su labor se extendió también a otros países de la región como Argentina y Brasil.
El 6 de agosto de 1904, luego de una vida de entrega a los demás, falleció en Montevideo, el país de América al cual amó de manera especial y en el que dejó un legado que al día de hoy ya tiene más de 125 años.
Fue beatificada por Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993 y este 9 de noviembre (al igual que aquel 22 de febrero) todos en Uruguay se sorprenden –y muchos tal vez sin percibir el alcance de la gran bendición recibida- con una noticia que seguramente también pasará un tanto silenciosa sin grandes cabeceras en medios seculares, al mejor estilo Madre Francisca Rubatto.