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En su declaración, los obispos de la Unión Europea lamentan la pérdida de vidas que ya ha causado esta tragedia, y rezan por las víctimas y sus familias. "Todos debemos mostrar nuestro apoyo concreto a las familias y personas necesitadas, que emigran o buscan asilo" -afirma la declaración.
La COMECE se hace eco de las palabras de la Conferencia Episcopal Polaca, expresadas en varias ocasiones a lo largo de los últimos meses, en las que se pide que se adopte principalmente un enfoque humanitario ante la crisis actual.
"No podemos permitir que la gente muera en nuestras fronteras. Hay que hacer todos los esfuerzos para evitar estas tragedias y mitigar el sufrimiento de la gente" - continúa la
declaración.
S. Em. Cardenal Jean-Claude Hollerich SJ, Presidente de la COMECE, hace un llamamiento a la Unión Europea y a sus Estados miembros para que apoyen a Polonia a la hora de afrontar este reto humanitario en su frontera, así como a otros países de la UE en la región que puedan enfrentarse a un escenario similar.
"Aprovecharse e instrumentalizar la desesperación de los migrantes y solicitantes de asilo tiene consecuencias humanas graves y perjudiciales y debe evitarse" - afirmó.
Acoger a las personas
Este tema se abordó durante el Grupo de Trabajo sobre Migración y Asilo de la COMECE a principios de octubre pasado, en un debate con miembros del personal de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El 8 de octubre de 2021, tras la carta dirigida a la Comisión Europea por los ministros de 12 Estados miembros de la UE sobre los acontecimientos en las fronteras exteriores de la UE, el presidente de la COMECE pidió a la Unión Europea y a sus Estados miembros que acogieran, protegieran, promovieran e integraran a los migrantes y a los solicitantes de asilo, impulsando una percepción y una narrativa positivas en torno a la migración.
En esta ocasión, el cardenal Hollerich también expresó el apoyo de la COMECE para aumentar los esfuerzos de reasentamiento por parte de los Estados miembros de la UE, la sociedad civil y los actores de la Iglesia, y para crear vías legales y seguras para los migrantes, a fin de evitar que caigan en manos de las redes criminales de traficantes y tratantes de personas.