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Sólo por ver sus fuentes vale la pena un viaje a Roma

AQUA PAOLA
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Maria Paola Daud - publicado el 15/11/21
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Verdaderas obras maestras embellecen las calles y plazas de la Ciudad Eterna. Te presentamos las más famosas

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El poeta romántico inglés Percy Bysshe Shelley decía: "bastan sólo las fuentes para justificar un viaje a Roma".

Y es una gran verdad, son obras maestras que podemos encontrar en tantas plazas, calles y rincones de la Ciudad Eterna.

Son nada menos que cerca de 2.000 fuentes, muchas tan antiguas como la misma ciudad, ya que los antiguos romanos tenían una gran pasión por este "elemento".

Para los romanos, el agua se consideraba un regalo de los dioses, por lo tanto era sagrada. El dios que protegía los manantiales se llamaba Fons.

Crearon grandes acueductos para poder trasladar el agua desde los lagos afuera de la ciudad, que viajaba a veces a lo largo de casi 50 km.

Hoy te mostramos 12 de ellas, podríamos decir que las más importantes o las más grandiosas:

Fuente de Trevi

La monumental Fontana di Trevi es la fuente más grande entre todas las que se encuentran en Roma; y sin embargo se encuentra escondida entre los edificios de la plaza de donde toma su nombre.

El nombre de Trevi deriva de las palabras Tre vie (tres caminos) e indica el punto donde convergen las tres calles que unen la plaza.

Según cuenta la leyenda a 20 km de Roma los soldados de Marcos Vipsiano Agripa, que volvían a la ciudad después de uno de sus tantos encargos, se encontraban tremendamente sedientos.

En ese momento se les apareció una virgen que les indicaba el lugar donde estaba el acqua virgo que en latín significa agua virgen o pura. En la misma Fuente de Trevi se recuerda la leyenda en un bajorrelieve que se puede ver del lado derecho.

Fuente del Agua Paola

Popularmente conocida como er fontanone (el fuentón) por sus grandes dimensiones, se encuentra en la parte superior del Janículo.

Construido como exposición terminal del acueducto de Trajano entre 1610 y 1614 a instancias del papa Pablo V (Paolo V), por ello se llama Agua Paola.

Digamos que es un monumento "reciclado", porque se usó para su construcción el "desecho" de otras obras que fueron demolidas o estaban en ruinas.

Por ejemplo, las columnas que la adornan son de la antigua basílica de san Pedro.

Es la fuente que aparece en la primera escena de la premiada película La gran belleza.

La Fuente de los Cuatro Ríos

La famosa fuente artística en medio de Piazza Navona, frente a la iglesia de Santa Inés in Agone, diseñada por el escultor y arquitecto Gian Lorenzo Bernini.

Obra de escultura y arquitectura barroca, la fuente retrata los cuatro ríos principales de la Tierra, uno por cada continente conocido en aquella época: el Danubio, el Ganges, el Nilo y el Río de la Plata.

Fuente de los leones

Se encuentra en el centro de Plaza del Pueblo, para adornar el obelisco Sixtino ( de Papa Sixto V).

Son cuatro pequeñas fuentes a las esquinas de las escalinatas que llevan a la base del obelisco. Diseñadas por Valadier, cuatro cuencas redondas sobre las cuales se apoya otras escaleras formando una pirámide.

En la base de estas pirámides se colocan leones de mármol blanco de estilo egipcio, de cuyas bocas brotan grandes abanicos de agua.

Fuente de las Náyades

Se encuentra en el centro de la Piazza de la Republica, muy cerca de la estación Termini.

Fue construida en 1870, y puesta en el lugar en 1888. Es la exposición terminal del acueducto Agua Pía Antigua Marcia.

La fuente es una gran piscina circular, en cuyo interior se encuentran otras tres piscinas concéntricas de altura mayor.

La adornan cuatro cuencas semicirculares con las estatuas de bronce de las Náyades (las diosas protectoras del matrimonio, obra de Mario Rutelli.

Fuentes de la plaza de San Pedro

Aunque si estas gemelas parecerían ser construida contemporáneamente, se llevan varios años de diferencia.

La más antigua cerca del Palacio Apostólico data de 1490, pero fue completamente reconstruida en 1614 por Carlo Maderno.

En cambio su gemela, que se encuentra al lado opuesto de la plaza, fue construida por Carlo Fontana o Gian Lorenzo Bernini en 1677.

Cada una tiene las insignias de los papas de las dos épocas en que fueron construidas: Pablo V para la más antigua y Clemente X para la más reciente.

Fuente de la Plaza de la Rotonda

Se encuentra al frente del Panteón, obra de Giacomo Della Porta, iniciada en 1575.

El agua surge de una palangana central y de cuatros “máscaras” puesta en las esquinas.

A principios del siglo XVIII el Papa Clemente XI quiso equiparlo con un pequeño obelisco apoyado sobre rocas, en lugar de la cuenca central.

Fuente de la Barcaccia

Ubicada en la tan transitada Plaza de España, a los pies de Trinidad de los Montes.

Construída entre los años 1627 y 1629 por Pietro Bernini, padre de Gian Lorenzo.

Según la tradición le dio la forma de un barco, para recordar aquel que quedó encallado allí, después de la gran inundación por la crecida del Tíber en la Navidad de 1598.

En realidad, el artista resolvió un problema técnico con la presión del agua del “Agua Virgen” que era demasiado débil para hacer una fuente más alta, he hizo un barco que se llena de agua, como si se estuviera hundiendo.

Fuente del Moisés

Creada por Giovanni Fontana en 1587, es un enorme monumento de “fachada”, compuesto por tres nichos divididos por columnas.

Los dos nichos laterales albergan se encuentran algunos altos relieves que representan eventos de inspiración bíblica relacionados con el agua, mientras que en el nicho central se encuentra una controvertida estatua de Moisés en el acto de hacer brotar agua de las rocas.

Según los romanos, la estatua es tan fea, de ser apodado el “Moisés ridículo”.

Fuente de Plaza Farnese

Proveniente probablemente  de las Termas antiguas romana de Caracalla y colocadas en la plaza en la última mitad del siglo XVI.

Fuente del Tritón

Se encuentra en Plaza Barberini, es una de las obras más conocidas de Gian Lorenzo Bernini, creada en 1643.

Se trata de un gran tazón en cuyo centro cuatro delfines sostienen una enorme concha, dónde en el centro un Tritón sopla en otra gran concha de la que brota agua de un conducto secundario del “Agua Feliz”.

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