Un nuevo templo argentino fue víctima de otro violento ataque contra su fachada. Se trata de la catedral de San Luis, contra la que se arrojaron objetos incendiarios durante la celebración del Día Internacional para la erradicación de la Violencia contra la Mujer.
Como dio cuenta el diario digital El Chorrillero, el ataque estuvo encabezado por colectivos feministas, que también dañaron la santería ubicada a un costado del templo, frente a la Plaza Pringles en la capital provincial.
El Obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, lamentó la "triste huella del odio, violencia y destrucción" de los hechos, que "a la mayoría de los puntanos nos duele y enoja". "Nos sentimos una vez más avasallados y desprotegidos", denunció.
El prelado reconoció que el movimiento feminista ayudó a generar conciencia "de la necesidad de la construcción de una sociedad mejor y más respetuosa hacia la mujer". "¡Y cuánto debemos seguir creciendo al respecto!", se dijo.
Sin embargo, "si las formas de manifestación fueran distintas sumarían muchas más personas en sus justos reclamos. Pero a la violencia manifiesta no podemos más que oponernos y repudiarla", aclaró. Y aseguró, "no repudiamos el reclamo, repudiamos todo tipo de violencia".
"En el día de ayer me atrevo a decir que la gran mayoría del mundo entero nos unimos en ese deseo y sentimiento: que no exista más violencia contra las mujeres", había expresado en esa misma línea monseñor Barba al inicio de su mensaje.
Segundo ataque en un año
Hechos similares habían ocurrido en la catedral de San Luis el 8 de marzo, con motivo del Día de la Mujer. Ya en esa ocasión, como denunció oportunamente el Obispado, la "conmemoración se ha opacado por el vandalismo de un sector reducido y violento de mujeres que avasallaron el derecho de muchos ciudadanos".
Además de destrozos, aquel día se registraron agresiones contra el personal policial. Esa ocasión, como se escribía, pero también esta, "muchas mujeres no se sienten representadas por estos sectores reducidos y violento".
El que algunos sectores de grupos feministas ataquen templos católicos se ha convertido casi en una triste tradición de las celebraciones asociadas a ese colectivo. En la Argentina, particularmente ocurre cuando se celebra en distintas ciudades del país el Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas.
Durante ellos, es habitual que se desprenda del cuerpo central de participantes un grupo que con agravios verbales, pintadas, y en ocasiones objetos incendiarios y contundentes atacan a la Iglesia y sus lugares sagrados.
Si bien es cierto que con el correr de los años la violencia se ha moderado, aunque no desaparecido, también lo es que ésta se ha trasladado a otro tipo de manifestaciones cívicas.
En agosto de este año, por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires, la catedral primada argentina fue atacada durante una manifestación contra la violencia eclesial.