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El ex arzobispo de París no ha dicho su última palabra. En una entrevista con Le Parisien, el obispo Michel Aupetit retomó los rumores de un romance implícito en un artículo de Paris Match, así como la denuncia que pretende interponer.
"No tiene nada que ver con una relación romántica o una relación sexual. Es una amistad. A nivel personal y espiritual, estamos en la misma longitud de alma", nos asegura sobre el romance que le dio Paris Match con Laetita Calmeyn, profesora del Collège des Bernardins y virgen consagrada.
"Si hubiera sido un hombre, un sacerdote, junto con el obispo Aupetit, ¿habría habido el mismo tratamiento mediático?", se preguntó en una entrevista con La Croix.
"¿Deberían las mujeres en la Iglesia ser reducidas a objetos de sospecha, fantasía, expresión de celos o servilismo? ¿Significa todo esto que en la Iglesia y ante los ojos del mundo es impensable una relación entre un hombre y una mujer vivida en amistad?"
Ante las insinuaciones del semanario, el obispo Michel Aupetit dijo que su abogado estaba redactando una denuncia por difamación: "No puedo aceptar que mi silencio se interprete como una admisión de culpabilidad".
Respecto al seguimiento, Laetita Calmeyn dijo que "los abogados están explorando todas las posibles vías legales. Habrá una denuncia. […] Debemos evitar que esto vuelva a suceder".
En cuanto a los elementos expuestos en el artículo de Pointpublié de finales de noviembre, también volvió al correo electrónico enviado a una mujer cuando era vicario general.
"Respondí un correo y mi secretaria pudo leerlo, ya que compartíamos el mismo buzón", explica. "No hubo ninguna aventura. Esta persona una vez tuvo un dolor en la espalda. Le di un masaje para aliviarla. Les recuerdo que soy médico". Cosas que, dice, nunca ocultó a sus superiores. "No le mentí al Papa. Soy plenamente consciente", continúa.
¿Le sorprendió la decisión del Papa de aceptar su renuncia? "Si me lo hubiera pedido, habría atravesado la tormenta. Yo era capaz de hacerlo", prosigue el ex arzobispo.
“Me imagino que sintió que la situación podía debilitar a la diócesis". El obispo Michel Aupetit, sin embargo, decidió no entrar en el ajuste de cuentas. "Me señalaron a personas, grupos que se resentían conmigo y tomaron medidas. Pero no tengo pruebas. Le pedí a Dios que no pusiera amargura en mi corazón y rezo por los que quieren hacerme daño", explica nuevamente. "Si entro en ajustar cuentas, ya no estoy en el evangelio".