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Estados Unidos y Europa creen que en enero o febrero Rusia invadirá Ucrania

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Salvador Aragonés - publicado el 17/12/21
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Putin quiere crear una red de estados satélites alrededor de sus fronteras como Bielorrusia y así mantener la OTAN lejos de Rusia.

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Europa, Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) creen que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, está preparando una invasión de Ucrania para enero o febrero próximos, al destacar 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania. Pero Es más: la Unión Europea ha amenazado a Putin con “enormes” sanciones si Rusia invade Ucrania. Alta tensión.

Ucrania representa el objetivo principal de Putin. Recientemente el presidente ruso advirtió a las autoridades occidentales, y al presidente americano Joe Biden, que no tolerará una ampliación de la OTAN hacia este, es decir hacia las fronteras con Rusia. 

Lo que parece que quiere Putin es situar en sus fronteras europeas un “cojín” de estados satélites, como tenía la URSS. Es decir que los países fronterizos, como Bielorrusia, estén bajo su control. Pero es que Ucrania es mucho más que un estado fronterizo. Rusia considera que en Ucrania se encuentra el origen de Rusia, con el Rus de Kiev: son eslavos, tienen alfabeto cirílico igual que el ruso, las lenguas son muy parecidas, y además Ucrania depende totalmente de Rusia en el tema energético, pues se nutre del gasoducto de Gazprom que distribuye gas por toda Europa. Por otro lado, no pocos dirigentes, escritores, artistas rusos habían nacido en Ucrania. 

Pero Ucrania, o los ucranios, no olvidan el Holodomor, la inconcebible hambruna que entre 1932 y 1933 causó la muerte de 3,9 millones de personas, bajo el régimen comunista de Stalin. Fue un genocidio en el país gran productor de trigo. Los ucranios, desde Stalin, han visto a Rusia cómo eran aplastados. Por tanto, hay una animadversión hacia Rusia y los rusos muy considerable. Según Leonty Sandukliak, de 84 años, protagonista de la separación de Ucrania del imperio soviético, “Rusia no puede ser un imperio sin Ucrania”.

En el tema energético, Rusia acaba de encontrar una dura oposición de la nueva administración de Alemania sucesora de Ángela Merkl, y de acuerdo con el presidente Joe Biden, en rechazar el gasoducto ruso del Báltico, el Nord Stream 2. Alemania no quiere recibir gas por esta vía, que significaría en realidad estrangular a Ucrania, lugar donde pasa el gaseoducto que lleva el gas a Europa. Además del caso Navalny, encarcelado por defender los derechos humanos.

Otros países como Polonia, que también dependían del gas ruso, pero han encontrado soluciones alternativas. El próximo año Polonia recibirá ya el gas procedente del gasoducto de Noruega que pasa por el mar Báltico y que abastecerá de gas a Dinamarca y a Polonia. También a otros países. 

Esto no ha ocurrido en Ucrania, aunque en este territorio estén en construcción tres centrales nucleares, que tardarán un tiempo para que entren en funcionamiento. No se olvida que en Ucrania estaba instalada la central nuclear rusa de Chernóbil, que explotó en 1986, causando decenas de muertes y millares de afectados. La central se llamaba “Vladímir Ilich Lenin”, fundador de la Rusia soviética o comunista.

El frente de Ucrania con Rusia se concentra en el territorio ucranio, en la región del Donbás, al noreste de Kiev. Es una región donde hay muchos rusos mezclados con ucranios, que quieren que en su región se hable el ruso y quieren formar parte de Rusia. Lo mismo que los habitantes de Crimea, península anexionada por Rusia militarmente. En Crimea también hay numerosos habitantes rusos que quieren su anexión a Rusia. Ni Europa ni los Estados Unidos han aceptado esta anexión que dura ya desde el 2014, y que, en definitiva, abre Rusia al Mediterráneo por el estrecho de los Dardanelos, que separa Europa de Asia, después de pasar por el mar Negro y el mar de Mármara.

La tensión entre Moscú y Kiev ya está teniendo efectos colaterales como que la Unión Europea ha sancionado al Grupo Wagner, un grupo militar al servicio de Moscú, utilizado para desestabilizar Ucrania y países de África. Según la Unión Europea el Grupo Wagner ha “reclutado, capacitado y enviado a operativos militares privados en zonas de conflicto en el mundo para alimentar la violencia y saquear recursos naturales”. Además, el grupo está implicado “en graves abusos contra los derechos humanos”, en Libia, Ucrania (Donbás), Siria y la República Centroafricana.

Rusia ya ha utilizado Bielorrusia para desestabilizar Europa con el envío masivo de migrantes a la frontera polaca que todavía siguen dando vueltas por los bosques congelados de la zona. Rusia es un país inmenso y siempre ha sido imperialista, tanto en la época zarista como en la comunista. 

El problema de Ucrania también tiene que ver con la llamada “guerra híbrida” o sea una guerra que utiliza todas las armas, tanto las convencionales como las estratégicas como el suministro de energía, sabotaje a los productos de primera necesidad, sanciones económicas, etc. La “guerra hibrida” es utilizada tanto por Rusia como por los países occidentales, y también China con su Ruta de la Seda, especialmente en los países vecinos y del Pacífico, así como en África y algún país europeo ex comunista. La Ruta de la Seda no es más que inversiones chinas en países creando una dependencia de Pekín, aunque ahora no se advierta de forma muy clara. 

En el caso de Ucrania, si la empresa rusa Gazprom cierra el suministro de gas a este país, Ucrania puede colapsar, pues estamos al inicio del invierno. Esto supondría la guerra. Vladimir Putin ya lo ha advertido en su larga entrevista con Joe Biden: la OTAN debe estar lejos de las fronteras rusas. Rusia tiene tres salidas al mar, a aguas normales, no las congeladas del norte. Son: el estrecho de los Dardanelos, el enclave de Kaliningrado que le da salida al mar Báltico por Bielorrusia, y Vladivostok que le da salida al océano Pacífico.

Alta tensión entre Argelia y Marruecos

Otro ejemplo. Estados Unidos, en los últimos días de Donald Trump como presidente, reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, a cambio de que Marruecos, país árabe, reconozca al estado de Israel y mantenga relaciones diplomáticas plenas. Con esto Rusia ya ha utilizado a Marruecos para ponerlo de frente con su vecina Argelia que tutela al pueblo saharaui. 

Las relaciones entre los dos países árabes se han roto y amenaza una guerra. Argelia estaría apoyada por Rusia, a no ser que Estados Unidos cambie la estrategia de Trump. Argelia ha cerrado el gasoducto del Magreb y ya no sirve gas a Marruecos, el cual se ha visto obligado a comprar gas a España. La frontera entre Argelia y Marruecos es un polvorín. La tensión en el mar Mediterráneo no cesa. 

China y el estrecho de Malaca 

También China, el país más poblado del mundo, tiene un grave embudo geoestratégico que es el estrecho de Malaca, que separa la península asiática de Malaca o Malasia con la isla de Sumatra. Es un paso obligado para ir del Asia del Pacífico a África y a Europa, así como a los países petrolíferos del Oriente Medio. 

Pekín está estudiando una alternativa al estrecho, pero resulta geográficamente muy difícil. El paso de navegación marítima por el norte de Rusia no es seguro dado el hielo permanente de las aguas ¿Quién puede controlar con mano de hierro el estrecho de Malaca? Sería como ahogar en el pacífico a China, Corea, Japón, Vietnam, Laos, Camboya y Filipinas. Demasiado importante este estrecho. 

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