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El obispo de la diócesis de Montelíbano, monseñor Farly Yovani Gil Betancur, atribuyó el hecho "al fanatismo religioso" impulsado por grupos de no católicos que "no gustan de la Iglesia católica ni de las imágenes de santos".
En entrevista con Aleteia, el prelado sostuvo que acciones como estas son un atentado contra la libertad de cultos que es protegida por la ley colombiana, pero, además, "hieren profundamente la fe del pueblo cristiano y católico de la comunidad montelibanesa".
El obispo recordó que la libertad religiosa existente en Colombia "busca el bien de todos y por eso, cuando hay respeto por la diferencia y se toleran las diversas manifestaciones de fe, todos podemos expresar nuestras propias creencias según las tradiciones y costumbres".
Según informes de prensa, el pasado lunes hacia las once la mañana, las dos imágenes de la Virgen – de regular tamaño y fabricadas en yeso – fueron arrancadas a la fuerza de sus pedestales, lanzadas al suelo y despedazadas en su totalidad, hasta el punto de quedar irreconocibles. Una de ellas, de la Virgen de la Inmaculada y la otra, de la Virgen del Carmen.
Las imágenes permanecían en modestos nichos en el barrio La Lucha y a la entrada de Montelíbano, un pueblo del departamento de Córdoba, a orillas del río San Juan.
El obispo informó que esta “flagrante actitud de intolerancia religiosa” fue puesta en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación, organismo encargado de las investigaciones criminales en Colombia, pero que hasta la fecha las indagaciones no han arrojado ningún resultado.
No obstante, se mostró confiado en que pronto se identifique a los responsables, ya que en la zona hay varias cámaras de televisión. Monseñor Gil Betancur agregó que hay indicios de que quienes cometieron este “acto sacrílego” son personas de otra denominación religiosa.
Otros atentados
En Ayapel, otra población de esta misma región de Córdoba, tres imágenes religiosas fueron destruidas en julio de este año utilizando el mismo modus operandi de Montelíbano.
En esa ocasión, según reportes de la Iglesia, frente al templo de san Jerónimo fueron atacadas las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María y Santa Ana. A cada una de ellas les cortaron las cabezas y les cercenaron las manos.
De acuerdo con el obispo Gil Betancur, este otro acto sacrílego fue denunciado ante la Fiscalía y la Alcaldía, pero seis meses después no hay informaciones sobre quiénes pudieron perpetrar el hecho que también fue calificado por el clero colombiano como una "atentado a la fe y las creencias de la población".
Al deplorar que estos actos vandálicos hayan sucedido en el tiempo de Adviento, el obispo de Montelíbano pidió a las autoridades que los responsables "sean debidamente amonestados" y exhortó a los fieles a unirse en oración para que "aquellos que generan violencia con sus actos de fanatismo religioso cambien de mentalidad".
