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Tras varios meses de restricciones producto de la pandemia -y viendo la real necesidad de apoyar a las comunidades religiosas, fuertemente golpeadas por la imposibilidad de vender los productos que elaboran y que constituyen un ingreso para la comunidad- es que en septiembre de 2020 se concretó esta nueva plataforma de venta virtual, que ya suma 22 monasterios en diferentes zonas del país.
“Nos pareció un proyecto muy bueno porque surgió en tiempo de pandemia en que los monasterios contemplativos pasábamos por un momento difícil. Esto permitió realmente abrir una puerta para poder llegar de manera nueva a un público más amplio que se interesara por las diferentes artesanías monásticas. Además del apoyo para tener un cierto ingreso económico, ha sido una buena ocasión para el conocimiento mutuo entre los monasterios y lograr mayor unidad entre nosotros”, comentan las hermanas del Monasterio de Belén.
La iniciativa, nació desde la Fundación Dos Pilares, quienes viendo la necesidad de subsistencia, habían iniciado diversas campañas de recaudación de dinero para ayudar a los monasterios. Pero con el tiempo se dieron cuenta que para vender y llegar a otros púbicos había que buscar una manera efectiva.
“Soy católico y cuando me llamaron a participar de esta iniciativa, me di cuenta de que había una real necesidad. Las hermanas lo pedían porque no estaban pudiendo vender sus productos por meses y era necesario un apoyo urgente”, relata Benjamín.
Manjares y artesanías a la puerta de la casa
En La Tienda del Monasterio es posible encontrar delicias gastronómicas, licores, artesanías, juegos para niños, artículos religiosos y de librería, entre mucha otra oferta.
Sobre esta nueva forma de comercialización y distribución en una plataforma virtual, su encargado comenta: “Es un trabajo artesanal, hecho con cariño de muy alta calidad que permite acercar estos maravillosos productos a toda persona a lo largo del país, lo que antes era imposible si no visitabas los monasterios físicamente. Con esto se abrió una tremenda oportunidad de acceso y lo mejor es que llega a la puerta de la casa, algo impensado antes de la pandemia”.
En tanto, desde el Monasterio de Belén agregan: “De cara a nuestro Monasterio han sido muy positivas las ventas. Además queremos destacar la buena relación fraterna que tenemos con el equipo. Por nuestra parte, agradecemos que aunque la situación de la pandemia esté mucho mejor, se siga con este proyecto”.
El equipo se compone de dos encargados de redes sociales y marketing, otras dos personas supervisan el ingreso de nuevos productos, renuevan la oferta permanentemente, según temporada para sacar mejor partido y una empresa de logística externa se encarga de realizar los despachos.
Desde que la iniciativa fue implementada, cada mes se realiza un reporte comercial sobre las ventas. En promedio se venden cerca de 6.000 dólares mensuales, lo que se reparte entre los 22 monasterios, concretando un promedio de 250 dólares, lo que representa un aporte significativo para ellos, especialmente en medio de esta crisis que les ha tocado enfrentar como consecuencia de la pandemia.
Nacen nuevas necesidades
Con el paso del tiempo, el equipo de La Tienda del Monasterio ha sido testigo de nuevas peticiones que surgen desde las personas que ingresan al sitio web de ventas y que llegan al correo electrónico de la tienda virtual:
“Hemos recibido solicitudes de gente que pide que recen por enfermos o ciertas intenciones, otros que sienten el llamado de la vocación y buscan una guía; es increíble como nacen otras inquietudes que vemos que es importante cubrir”, señala Benjamín.
Las hermanas de Belén comentan también lo siguiente: “Por el hecho de llegar a más público, las personas que adquieren las imágenes religiosas que ellas elaboran, oren y se les abran más profundamente al misterio de Dios, para conocerlo y amarlo más”.
El equipo trabaja para generar nuevos servicios. “Esperamos ampliar la difusión en otros temas, abrir las puertas de los monasterios al público, darlos a conocer, incluso lograr que se conviertan en puntos turísticos. Invitar a las personas a que tengan la tremenda experiencia para vivir un oasis de paz e introspección, sobre todo en estos tiempos tan convulsionados que vivimos. Estamos trabajando para generar nuevos productos y servicios y ampliar así la oferta”, concluye contento el encargado de la iniciativa.
