Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El popular villancico inglés We Wish You a Merry Christmas pide sin rodeos en su letra que traigan pudin de Navidad: “Oh, bring us some figgy pudding” e incluso amenaza diciendo “no nos iremos hasta comer algo”. Pero ¿por qué tanta insistencia con el figgi pudding?
Este postre tradicional navideño británico se remonta a la Edad Media; el libro de cocina del siglo XIV The Forme of Cury ya incluye una receta para el “fyge”:
Tome almendras escaldadas, tritúrelas, mézclelas con agua, vino, higos troceados y pasas enteras. Añada jengibre en polvo, miel clarificada, hiérvalo todo bien con un toque de sal y sirva.
Según el sitio web de English Heritage, “el pudin que se conoce hoy día empezó sus andaduras como un potaje. Era una especie de caldo que incluía pasas y otros frutos secos, especias y vino”.
En torno al siglo XV, la receta del figee ya se parecía un poco más a la cúpula sólida, marrón y un poco alcohólica de la que suponemos habla el villancico. Hoy en día, el figgy pudding, llamado comúnmente pudin de Navidad, no tiene higos. La receta de la cocinera británico-sudafricana Prue Leith del programa culinario The Great British Baking Show incluye pasas, pasas de Corinto, arándanos secos y brandi.
Significado cristiano
Pero ¿sabías, además, que la tradición cuenta que la receta de un pudding de Navidad está repleta de simbolismo cristiano?
Según English Heritage, no fue hasta el siglo XVIII cuando este pudin empezó a asociarse con la Navidad. Los victorianos establecieron entonces el “Stir Up Sunday” el último domingo antes de Adviento, cuando se prepara tradicionalmente.
Cada miembro de la familia removía el pudin de este a oeste en honor al viaje de los Reyes Magos. Para Navidad, el postre ya estaba totalmente fermentado y listo para degustar.
El pudin en sí mismo, según un artículo de National Public Radio, se preparaba tradicionalmente con 13 ingredientes, simbolizando a Jesús más los 12 apóstoles. Se servía con una ramita de acebo encima, que representaba la corona de espinas de Cristo.
De forma dramática, se prendía fuego al postre repleto de alcohol para simbolizar la Pasión de Cristo. No es de extrañar que, cuando los puritanos viajaron a Estados Unidos, dejaran atrás la tradición de la conflagración alcohólica y, por eso, es más probable ver en las mesas navideñas estadounidenses tarta de queso.