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Mientras en Francia se abría el 22 de diciembre la vacunación contra la Covid-19 a niños de 5 a 11 años, el mismo día publicaron la Pontificia Academia para la Vida y la Comisión Covid-19 del Vaticano sendos documentos sobre las dificultades y las enfermedades causadas por la pandemia en niños y adolescentes.
La Santa Sede recuerda así que “la vacunación de los menores, a partir de la edad de cinco años, con vacunas de ARNm ha sido ampliamente autorizada, habida cuenta del elevado valor de las ventajas en relación con los riesgos”.
Por eso “es importante subrayar aquí que, teniendo en cuenta las circunstancias de la propagación actual de la pandemia y la calidad de las vacunas autorizadas, la vacunación de los menores de más de cinco años puede ser considerada como deseable, compatible con una distribución equitativa de las vacunas en el mundo”, valora la Pontificia Academia.
“Las contraindicaciones y los posibles efectos secundarios son mucho menos importantes que los beneficios obtenidos”.
Durante la presentación de los documentos, el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia, ha reafirmado que las vacunas contra la Covid-19 no presentan problemas éticos.
“Más bien al contrario: el riesgo está en la irresponsabilidad hacia uno mismo y los demás” que representa el rechazo a vacunarse contra una enfermedad mortal, según declaró. Este verano, el papa Francisco aseguró que vacunarse era un “acto de amor”.
La mitad de los padres franceses en desacuerdo
Cabe recordar que, en Francia, el Consejo de orientación para la estrategia de vacunación emitió una declaración favorable el 22 de diciembre. “El contexto actual de fuerte circulación viral refuerza la necesidad de vacunar a los niños de este rango de edad sin más demora”, escribió el Consejo francés.
“Los niños escolarizados en escuela primaria constituyen, de hecho, la población entre la cual más circula el virus”, precisa la declaración. La ampliación de la vacunación al conjunto de los niños de 5 a 11 años ya ha sido validada por el Comité Consultivo Nacional de Ética de Francia (CCNE) el pasado viernes y por la Alta Autoridad Sanitaria de Francia (HAS) el lunes.
Esta declaración tiene lugar mientras la vacunación de los niños sigue siendo amplio objeto de debate entre los franceses.
Según una encuesta realizada por la agencia sanitaria Santé Publique France a principios de diciembre, más de la mitad de los padres y madres de Francia está en desacuerdo con esta vacunación. El tema ha sido también objeto de vivos debates científicos, ya que las formas graves de Covid son extremadamente raras en este rango de edad.
Las diferentes variantes presentes actualmente en el territorio francés se caracterizan por un riesgo de transmisión más elevado que las anteriores pero también por una letalidad menos importante, según varios estudios.
