Los niños son los primeros que quieren que llegue pronto la Navidad. Ellos lo viven con gran ilusión y entusiasmo, pero sabemos que son días movidos, de preparativos, jornadas maratonianas.
Por lo general se duermen tarde, a veces están un poco sobregirados, ansiosos y con sueño y no sabemos qué es mejor, si relajarnos porque es un día nada más o priorizar su disfrute y descanso.
Principalmente para los bebés y niños pequeños estas fechas pueden ser agotadoras. Ellos generalmente están muy acostumbrados a sus rutinas (tienen su hora y forma de dormirse).
Lograr dormirlos en Nochebuena puede ser difícil. Por lo general estamos en otra casa, con más personas, en un lugar donde hay más ruidos de lo habitual y distractores alrededor que al bebé le impiden dormir por más sueño y cansancio tenga.
Necesitan sus horas de sueño para que el cerebro funcione correctamente
Por lo general el sueño es algo que los adultos y también los niños infravaloramos, no le brindamos la atención que necesita.
La tecnología es una de las principales causas, ya que es la que roba la gran mayoría de nuestra atención y tiempo. Ya sea la radio, la televisión, los móviles o las tablets, hacen que por ejemplo, los adultos duerman entre 6 y 7 horas al día en lugar de 8 y 9 que es lo que deberían.
Esto es lo mismo que sucede con los niños que refieren mirar algo antes de ir a dormir, se acuestan tarde, o les cuesta dormirse. O los adolescentes que se quedan hasta tarde de la noche con su celular. El resultado de esto es que no duermen las horas que su organismo necesita.
Tanto los niños como los adultos necesitan dormir bien para cumplir con las distintas funciones cerebrales, como son la atención, la concentración y la memoria. Dormir incluso media hora menos puede ser importante tanto a corto como a largo plazo.
Cuando los niños no descansan lo suficiente no solo disminuye su capacidad de atención. Pueden estar con más irritabilidad en casa, frustrarse antes o tener más rabietas.
Por esto es fundamental solucionar los hábitos de sueño cuanto antes. Lo ideal es enseñar este hábito desde pequeños para evitar consecuencias en la adolescencia, lo que le puede provocar muchas dificultades de aprendizaje y mayor irritabilidad de lo normal en su edad.
Los más pequeños pueden seguir descansando bien incluso en las fiestas
Es una realidad que los días festivos son bastante agotadores para grandes y chicos. Las reuniones familiares terminan tarde y los pequeños están cansados, con sueño y no sabemos si es mejor que se duerman antes o dejarlos hasta el final.
Algunos consejos:
Si el niño es grande y disfruta de la fiesta lo que se puede hacer es asegurarse de que ese día duerma una buena siesta.
Al día siguiente seguramente se despertará a la misma hora de siempre (que es normal) por lo que es recomendable que al día siguiente también tome una siesta para recuperarse si lo necesita.
Pero cuando tenemos un bebé pequeño, que no comprende aún de qué se tratan estas celebraciones, y además no hay otros niños para jugar, llega cierta hora en que se comienza a irritar mucho. Para evitar este mal momento para él y para la familia, lo mejor es dejarlo descansar.
Lo ideal en estos casos es llevarlo a dormir a su hora habitual si están en su casa. De lo contrario pueden hacerlo dormir en el cochecito, o en una cama que les presten (teniendo los cuidados pertinentes de seguridad para que no se caiga).
Otras ideas útiles que recomiendan los especialistas:
Y no olvides dedicarle una oración a su ángel de la guarda al acostarlo para que lo cuide:
“Buenas noches, ángel de la guarda.
Gracias por haberlo cuidado durante este día;
ofrece a Dios todos los latidos de su corazón mientras duerme”.
Lo fundamental es crear el hábito de sueño desde pequeños. Y poner el amor, la ternura y la paciencia a la hora de ayudar a nuestros hijos a dormir.
