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La religiosa perteneciente a la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor y capellana del Centro Penitenciario Femenino de San Miguel, recibió la distinción otorgada por el diario El Mercurio y la organización Mujeres Empresarias, en la categoría Servicios Sociales.
Esta es la tercera vez que se reconoce a la Hna. Nelly con este premio por su entrega y apostolado, especialmente con las mujeres de la cárcel. Conversamos con ella sobre la incansable labor que realiza, los temas pendientes y algunos logros importantes.
En Chile se sigue encarcelando a las mujeres pobres
Sobre el trabajo realizado durante el segundo año de Pandemia, Nelly comenta: “En el 2021 hubo algunos avances, se retomaron las visitas que estaban suspendidas por la pandemia, especialmente de los hijos de las internas. Logramos algunas alianzas con el sector civil y el Estado, en la lucha por conseguir un poco más de dignidad para ellas, pero siguen cayendo mujeres a la cárcel, no dejan de dar condenas duras, por más que hemos pedido que esto se revise.
El país no está mirando el tema femenino, hemos luchado tanto, trabajamos en una mesa en el ministerio de Justicia, con varios actores y lo que se pedía era que no se siguiera privando de libertad a madres con hijos pequeños, sin embargo, hoy tenemos 15 mujeres recluidas en esta situación y otras embarazadas. Tengo esperanza en la nueva Constitución, tuvimos a cuatro constituyentes dialogando con un grupo de mujeres en la cárcel, preguntando por sus inquietudes, sus sueños y esperanzas. Fue un diálogo sincero y espero que haya avances importantes”.
Conocer las historias antes de condenar
“Cuando llegué por primera vez a la cárcel a anunciar la buena noticia de Jesús, me quedé sin palabras y dije: ¿Cómo voy a hablar de Dios aquí?, no puedo mientras estas mujeres no tengan lo mínimo para vivir en dignidad y así me puse a trabajar, eso es lo más profundo que me ha tocado experimentar. En este camino de vida que escogí, me siento una mujer profundamente amada por Dios, yo acompaño a las mujeres desde el corazón”, relata la Hna Nelly.
En ese sentido su emplazamiento a la sociedad es claro: “Llamo a las personas a cambiar la mirada, cada vez que se condena a una mujer con connotación pública, se piensa que todas son iguales. Hay gente que habla muy mal de los privados de libertad y nunca han pisado una cárcel, no conocen sus historias. Yo he aprendido que cada mujer es distinta y tiene una historia distinta. Llamo a ser más empáticos con la realidad de los pobres”, sentencia.
De la inmensa soledad a la reinserción y una vida nueva
En la larga trayectoria de trabajo con las privadas de libertad, la Capellana ha conocido diferentes historias que golpean por su crudeza y otras que inspiran y dan esperanza de que se puede iniciar una vida nueva. “La soledad es una vivencia muy fuerte dentro de la cárcel. Una de las experiencias más duras que me ha tocado enfrentar fue el suicidio de una de las internas, me tocó retirarla de la morgue, vestirla, acompañarla a la cárcel, velarla y me pregunté ¿Por qué un pobre tiene que ser pobre hasta para morir? Yo lloraba porque esa mujer no tenía nada, ni a nadie que la despidiera”, relata.
Con la Fundación Mujer Levántate, siento que hemos podido paliar en algo esa profunda soledad y hemos sido testigo también de hermosos cambios de vida. Se ha hecho posible que muchas hayan doblado la mano a sus destinos.
Ahora mismo, estamos celebrando a Sandra que dio su examen de grado para “Trabajadora Social” y forma parte de nuestro equipo, Paola está creando su colectivo “Mujer libre”, mientras que otra sacó su título de matrona y varias más están estudiando. Un grupo importante ha logrado reconstruir sus familias en el proceso”, lo que es tremendamente alentador.
Al concluir Nelly León afirma con fuerza que “Si se puede transformar la vida de una mujer privada de libertad” y agrega una frase tomada de palabras de Santa María Eufrasía: “Una mujer vale más que un mundo y una oportuniad hace un mundo de diferencia”.