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El papa Francisco se ha caracterizado, a lo largo de su pontificado, por ser un hombre cercano y cariñoso. No ha dudado en demostrar su afecto por el pueblo de Dios y por todo ser humano.
Un Papa que ha dejado ver con su cercanía, la misericordia de Dios. Ha abrazado por igual a presidentes, líderes religiosos, deportistas, chicos y grandes y a los más vulnerables.
Pudiera parecer que la pandemia por Covid-19 se ha llevado un gesto humano fundamental para la felicidad y el encuentro del amor de Dios.
Por eso, en el Día Internacional del Abrazo, recordamos las innumerables veces que el Pontífice nos enseña con su ejemplo que los abrazos curan, sanan, alegran, y nos acercan al prójimo y a Dios.
Por eso hoy, abraza como ese padre que recibió a su hijo que se había ido, como esa mujer que se arrojó a los pies de Jesús para pedir sanación, como la Madre que abrazó a su hijo cuando bajó de la cruz.
¡Abraza!
