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La canción “Sunday bloody Sunday” creó tanta polémica que incluso el propio grupo decidió que, si no gustaba, jamás volverían a tocarla. Los hechos que relataba habían sucedido 10 años antes, pero todavía seguían muy frescos en la memoria colectiva de los irlandeses del norte.
En la tarde del 30 de enero de 1972, la Asociación de Derechos Civiles de Irlanda del Norte convocó una manifestación pacífica que terminó con derramamiento de sangre. Londres no la había autorizado la protesta.
Los católicos de Irlanda del Norte se manifestaban contra la medida del gobierno que pretendía encarcelar sin juicio a los sospechosos de pertenecer al IRA.
Londres movilizó hasta Londonderry (ciudad que los católicos llamaban Derry) a los paracaidistas que eran uno de los cuerpos más duros del ejército británico. La manifestación se desarrollaba sin incidentes cuando un pequeño grupo se apartó del núcleo principal y comenzó a tirar piedras contra una barricada.
Los soldados respondieron y, en apenas 20 minutos, 13 personas perecieron a causa de los disparos y una treintena resultaron heridas. De ellas, una murió semanas más tarde como consecuencia de las heridas.
Con el tiempo, diversas investigaciones desmintieron la hipótesis gubernamental de que los soldados actuaron en defensa propia porque los manifestantes iban armados. Las víctimas, muchas de ellas menores de edad, no portaban armas y recibieron los disparos por la espalda, mientras huían o socorrían a los heridos.
La canción abrió los ojos de una nueva generación a la trágica historia reciente de Irlanda. U2 compuso y grabó el tema en 1982 y lo incluyó en su álbum “War” de 1983. U2 tocó por primera vez la canción en vivo en un punto caliente del conflicto como era Belfast.
En esa ocasión, la banda decidió que, si la respuesta del público era negativa, nunca más volverían a incluir en su repertorio en directo “Sunday bloody Sunday”. De una audiencia de 3.000 asistentes solo 3 abandonaron la sala. A pesar de que por primera vez la interpretaron en Irlanda del Norte, no han vuelto a tocarla en vivo en ninguna de sus giras allí.
La banda tuvo que explicar en numerosas ocasiones el sentido de la canción que fue interpretada por algunos como un himno que incitaba a la rebelión o un tema protesta de corte político. Pero la intención de U2 al escribir la canción no fue la de atacar al gobierno británico o a los partidarios de una facción, sino la de denunciar la violencia, cualquier situación de violencia enquistada.
Por eso, en el estribillo se preguntan: “How long, how long must we sing this song?” (“cuánto tiempo más tendremos que seguir cantando esta canción”). Además, en aquellas primeras interpretaciones en directo, para dejar más claro que la canción no tenía ninguna intencionalidad política, Bono solía ondear una bandera blanca para dejar claro que el tema denuncia el sinsentido de la violencia.
Él mismo explicó una vez que el verdadero sentido de la canción también tiene mucho que ver con el sacrificio de Cristo en la cruz: “Queríamos mostrar el contraste entre las personas que arrebatan vidas humanas para apoyar aquello en lo que creen y aquellos que dan la propia vida por otros, como Jesús en la cruz. Esa es la dialéctica en el centro de ‘Sunday bloody Sunday’”. Por eso, su letra habla de la victoria de Cristo: “The real battle just begun/To claim the victory Jesus won”.
La canción fue un revulsivo para volver a unirse y componer porque, a principios de la década de los 80, U2 pasaba por un mal momento hasta el punto de que el grupo se planteó la disolución. Según cuenta su líder, Bono, fue “Sunday Bloody Sunday” el tema que salvó a la formación e hizo que U2 despegara hasta lo más alto de las listas de éxitos superando en su momento incluso al mítico “Thriller” de Michael Jackson. La revista Rolling Stone la incluyó en 2004 en su lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.