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Mientras se celebraba la Misa en la parroquia San Lorenzo Mártir, el fuerte viento arrasó con la histórica cruz erigida en el campanario del emblemático templo del pueblo, una cruz de hierro de 9 metros emplazada sobre una torre de 50 metros.
La cruz cayó al piso, y lo hizo sobre la vereda, en la que providencialmente no había en ese momento transeúntes. Tampoco cayó sobre el techo, posibilidad que hubiese provocado graves destrozos e incluso puesto en riesgo a quienes estaban dentro del templo participando de la Eucaristía. Desde dentro del templo escucharon el golpe, como declaró al medio local El Trebol Digital el párroco Claudio Bianculli, y al salir confirmaron lo ocurrido.
“La providencia fue que no había nadie en la vereda y además, que no cayó para el otro lado, es decir, para el techo de la iglesia porque podría haber hecho un desastre”, relató. Como precisó el medio, la cruz, tenía 9 metros de alto, una base de hierro y bronce y un pararrayos.
El hecho recuerda lo que fue la caída de la cruz de la Basílica de Luján, en el 2000. En junio de ese año, la cruz de hierro de seis metros de altura y cerca de dos toneladas cayó desde los 100 metros de una de las torres del santuario mariano más importante del país. Lo hizo sobre las escalinatas de entrada, donde normalmente hay cientos de peregrinos. Pero la caída ocurrió, producto de los fuertes vientos y el deterioro de la estructura durante la madrugada, sin que haya que lamentar víctimas.
Curiosamente, las torres con las cruces de la Basílica de Luján datan de los mismos años que la torre de la parroquia de El Trébol.
La parroquia santafecina fue proyectada por el Ing. Felipe Bergamini, el mismo que había proyectado la Basílica de Itatí. Los trabajos se iniciaron en 1929, con la proyección de erigir un templo de estilo toscano renacentista con 24 metros de ancho, 56.5 de largo, en forma de cruz latina. La única torre se terminó en 1930, junto con la primera parte de las obras del templo, y tiene una altura de 50,50 metros, sin contar la torre de 9 que acaba de caer.
Las señales de alarma ya se venían encendiendo durante el año pasado, debido a una inclinación que ya notaban en la cruz. El Párroco había pedido públicamente colaboración para enfrentar la reparación de una cruz que ya tenía una enmienda, ya deteriorada.
20 años después de la caída de una de sus cruces, que milagrosamente no contó con víctimas, la Basílica de Luján luce absolutamente renovada, con la cruz ya repuesta y mucho más segura. Con apoyo oficial, más allá del comunitario, tiene que ser posible el desafío en un templo que es patrimonio y orgullo de su ciudad: San Lorenzo Mártir, de El Trébol.
