separateurCreated with Sketch.

¿De qué lado estás?

CHOOSE A SIDE
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
P.. Robert McTeigue, SJ - publicado el 06/02/22
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
El escritor británico Hilaire Belloc advirtió contra la lealtad total exigida por el estado/nación moderno

Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.

Deseo donar en 3 clics

¿De qué lado estás? ¿Cómo lo sabes? Y ¿cómo saben las demás personas de qué lado estás?

Bueno, en gran parte depende de lo que entiendas por “lado”. Cuando vivía en Londres, había un equipo de fútbol favorito que despertaba pasiones. Algunos bares no permitían clientes en días de partido si vestían ciertos colores asignados a determinados equipos. Sería como vestir los colores de una banda mafiosa en territorio enemigo: una invitación a la malicia o algo peor.

No entendía del todo lo serio que es el asunto de los colores de los equipos de fútbol hasta que casi me asaltan en España por ello. Estaba pasando el día en la venerable ciudad de Ávila. Hacía un día muy frío y quería comprarme un jersey, pero no podía permitírmelo, así que me contenté con una bufanda. Como era temporada de Adviento, escogí una bufanda que era en su mayoría morada con un poco de blanco, el morado era el color apropiado para esa época. Como estadounidense que soy, apenas me fijé en las palabras “Real Madrid”, el nombre del destacado equipo de fútbol.

Con mi nueva bufanda puesta, me crucé con un enorme grupo de hinchas del Madrid y fui recibido con una cálida bienvenida. ¡Yo estaba de su lado! Luego, al girar la esquina, me encontré con un enorme grupo de aficionados del Barcelona, el equipo rival. Tuve que recurrir apresuradamente a mi paupérrimo español para explicar que, para mí, no era más que una bufanda, algo para abrigarme el cuello. Escapé por los pelos.

Ahora, volvamos a la pregunta de antes: “¿De qué lado estás?”. Y esta vez, imagina que la pregunta la plantea el más celoso de los amantes: el Estado. El escritor británico Hilaire Belloc, en su obra Survivals and New Arrivals—the Old and New Enemies of the Catholic Church (“Supervivencias y nuevas llegadas: enemigos viejos y nuevos de la Iglesia católica”), advirtió contra la lealtad total exigida por el estado/nación moderno:

Hacia leyes injustas

Los últimos 100 años han confirmado aquello contra lo que nos advirtió Belloc hace tanto tiempo. El creciente estado/nación quiere absolutas lealtad, dependencia y atención exclusiva. Familia, Iglesia, Dios, asociaciones libres de individuos libres… todas estas cosas se interponen en el camino del absolutismo y el control que son los anhelos del estado/nación moderno. Vimos cómo se confirmaba esto en los últimos dos años cuando las autoridades gubernamentales “decidieron” que el culto religioso no era algo “esencial”. Vemos esto en Estados Unidos cuando el Gobierno federal arrastra repetidamente a las Hermanitas de los Pobres a los tribunales para obligarles a pagar por anticonceptivos y abortos que las autoridades gubernamentales han decidido que son objeto de “derechos” que deben apoyarse sin resistencias. Y vemos esto una y otra vez cuando las autoridades gubernamentales “decidieron” qué consciencias con formación religiosa son lo bastante “sinceras” como para merecer la concesión de “exenciones”.

La cultura cristiana sufrirá cada vez más ataques a medida que el cáncer del estado/nación contemporáneo se convierta en una metástasis totalitaria. No podemos permitirnos ser ingenuos con esto. ¡Pero sean fuertes! Hay un antídoto específicamente católico contra este veneno totalitarista. Sabrán más de ello la próxima semana.

En mi próximo escrito, continuaré con mis reflexiones sobre los desafíos a la cultura cristiana. Hasta entonces, recemos los unos por los otros.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Aleteia vive gracias a sus donaciones

Permítenos continuar nuestra misión de compartir información cristiana y bellas historias apoyándonos.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.