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¿Qué tiene Italia para ser un caldo de cultivo tan fructífero de genios artísticos? Muchísimos de los artistas más brillantes han salido de la península italiana, y no solo en el pasado, sino también hoy en día.
Uno de los mayores artistas actuales es Marco Caratelli, que vive y trabaja en Siena, Italia. Caratelli destaca por su uso de técnicas antiguas: se especializa en la hermosa y rara técnica de la témpera de yema de huevo o temple. Se le ha comparado con Fra Angelico y con otros artistas influyentes atemporales.
Caratelli sigue la extraordinaria tradición de pintores clásicos famosos. Pinta y vende reprografías de arte tradicional, replicando la obra de grandes pintores de la Siena medieval y renacentista.
Este artista reproduce las mundialmente famosas tablillas de la “Biccherna”, que eran cubiertas de madera pintada que se colocaban sobre libros de contabilidad de la Ciudad de Siena entre los siglos XIII y XVI. Los paneles eran pintados por famosos maestros del Renacimiento. Como con los originales, las recreaciones de Caratelli están pintadas en madera envejecida de calidad y cubiertas de pan de oro puro.
Además, Caratelli crea luminosas copias de hermosos iconos dorados de Siena. Su obra conserva la atmósfera de la Siena medieval y la tradición de la pintura refinada.
Aleteia tuvo recientemente la oportunidad de charlar con Caratelli. Aquí está nuestra conversación con el “Fra Angelico moderno”.
¿Qué le inspira como artista?
Es una pregunta bastante amplia. A veces, me inspiro al hablar con otros artistas sobre diferentes artes, a veces cuando veo una exposición de arte que es diferente del tipo de obra que yo hago, o cuando escucho música. Pero sí puedo decir con certeza que me inspiro cuando estoy de un humor sombrío o cuando estoy en contacto estrecho con la naturaleza.
¿Por qué decidió hacer arte utilizando técnicas antiguas?
Asistí a la escuela de arte y luego continué mis estudios en la Universidad de Siena, donde obtuve un grado en Historia del Arte Medieval. Fue durante ese tiempo cuando empezó a crecer mi pasión por las técnicas antiguas.
Mi ciudad, Siena, tiene una fuerte tradición de la técnica de témpera de huevo. Al arte antiguo, el arte medieval, nació aquí, en mi tierra.
Y como es parte de mi tierra, es parte de mí. Esta técnica corre por mis venas.
El arte católico tiene una historia extraordinaria, en especial en Italia, donde vive usted. ¿Qué se siente al ser parte de esa tradición?
Estoy muy orgulloso y contento de poder transferir mi conocimiento a las personas que viajan miles de kilómetros para venir a Siena a ver a Duccio di Buoninsegna, Simone Martini y a los hermanos Lorenzetti. A veces no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de vivir en un lugar como Siena, la “cuna” de la Edad Media.
Para usted, ¿cuál es la parte favorita de ser un artista?
No es fácil ser artista porque, a veces, tu mano no es tan rápida como tu mente.
Me encanta poder ver las obras maestras de las que recibo mi inspiración, cosa que es posible porque mi estudio está muy, muy cerca de los museos más importantes de Siena.
También me encanta cuando los clientes me envían fotografías de mis obras en sus casas, es como tener una parte de mi alma en San Francisco, en Nueva York, en Moscú, en Berlín y en muchos otros lugares por todo el mundo.
Pero, sin duda alguna, uno de mis aspectos favoritos es ser capaz de extraer la belleza del arte de mis momentos y ánimos más oscuros.
¿Tiene alguna obra de arte preferida entre las que ha realizado?
Esta es una pregunta que me hacen mucho. No tengo una obra de arte favorita; cada pieza que hago es diferente, especial y única y, cuando alguien la compra, estoy deseando hacer otra pieza, una que sea incluso mejor que antes.