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¿Va a invadir Rusia a Ucrania? ¿Se van a retirar las tropas rusas? ¿A qué punto están las conversaciones sobre el conflicto? ¿Cómo puede terminar?
Todos los interrogantes están abiertos y nadie tiene una respuesta segura. Como ya informamos, Ucrania es la niña de los ojos de Putin y de Rusia, porque consideran que el origen de Rusia está en el Rus de Kiev, fundado por el príncipe Oleg de Nóvgorod sobre el año 882.
Pero los avatares de la historia, el gusto del imperialismo de Rusia, desde tiempos inmemoriales, y el durísimo castigo con una decena de millones de muertos por hambre en la época estaliniana, en el genocidio conocido por el “Holodomor” (significa morir de hambre), ha hecho que el pueblo ucraniano no quiera a los rusos.
¿Por qué murieron de hambre? Porque los ucranianos se resistieron a la colectivización de sus tierras, y la policía iba casa por casa a requisar la comida. Además, Stalin, necesitado de divisas, vendía el grano producido en Ucrania al extranjero. Los ucranianos caían como moscas. El recuerdo sigue siendo vivo en el pueblo.
En los momentos actuales se desconoce si Rusia acabará invadiendo Ucrania. El Kremlin, con Putin al frente, se equivocó en su análisis, y mientras creía que Occidente –la OTAN—esta desunida porque los Estados Unidos tenían sus miras en el Pacífico y en China, y que La Unión Europea estaba también desunida y débil con la pandemia, ha visto cómo –a diferencia de la era de Donald Trump—el presidente norteamericano, Joe Biden no ha dudado nada en apoyar a Europa frente a la amenaza de Rusia.
Ya se ha dicho hasta la saciedad que Rusia pretende crear alrededor de sus fronteras estados con dirigentes títeres que sirvan a sus intereses, entre ellos la seguridad. La frontera de Rusia con Europa no tiene fronteras naturales, sino que son llanuras inmensas, como el caso de Polonia, Bielorrusia, Ucrania, etc. Putin no reconoce a la Unión Europea como sujeto de derecho internacional, y hace los posibles para desunirla.
Por eso, Vladimir Putin no quiere que estos países fronterizos entren en la OTAN y tener una amenaza permanente en sus fronteras. Este fue el caso de Kazajistán, que la ver la revuelta que se registró en Almatý, envió rápidamente tropas para sofocarla. Tampoco quiere Putin que Georgia y Moldavia entren en la OTAN, como han solicitado, a pesar de que Moldavia es un pequeño país muy influenciado por Rumanía, que es miembro de la OTAN.
Rusia quiere asegurar sus fronteras a través de estados intermedios, que sirvan como cojines a su seguridad. Sin embargo, Rusia no olvida que su principal frontera la tiene con China que, sin contar Mongolia, alcanza los 4.250 kilómetros, a lo largo del sur de Siberia.
El arsenal militar de Rusia es grande, pero muy inferior al de Estados Unidos Y DE Europa. Tiene, sin embargo, un armamento atómico que está equilibrado con el de Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que el PIB de Rusia (1,4 billones de dólares) se encuentra entre el de España (1,2 millones de dólares) e Italia (este con 1,8 billones de dólares), y por ello no se pueden tener muchas alegrías de cara al futuro militar, si las sanciones económicas son muy potentes.
Rusia, además, es un inmenso país, con fronteras marítimas y terrestres que miden 58.000 kilómetros, con salidas al mar Báltico, al Océano Glaciar Ártico, al Océano Pacífico, y al mar Mediterráneo, a través del mar Negro. Esto exige una defensa muy costosa, aunque proporcionalmente menor que la defensa occidental.
En todos estos mares tiene conflictos: con Japón (Islas Kuriles), Estados Unidos y Canadá en el Océano Ártico, con Europa en el mar Negro y con Suecia, Dinamarca y Alemania en el mar Báltico. Además, mantiene conflictos terrestres en varios países fronterizos.
En cuanto a las soluciones, unos prevén que Rusia se contentaría con que le diesen Crimea, hecho imposible para Ucrania. También se especula que se llegara a una finlandización de Ucrania (Finlandia es un país neutral con relación a Rusia y la OTAN, y sin embargo es miembro de la Unión Europea). Lo que la OTAN no puede aceptar es que Ucrania deje de ser un país libre para elegir a sus socios, tanto en lo económico como en la seguridad).
Las informaciones y las contrainformaciones que existen en todo ese conflicto enturbian la realidad histórica y real de lo que está ocurriendo, con ciberataques, mentiras, etc. La credibilidad de Putin en Occidente es muy poca.
Ahora hay acusaciones mutuas de romper el alto al fuego sancionado en los acuerdos de Minsk de 2015. Rusia dice que retira tropas, mientras Putin anuncia maniobras militares con armamento atómico. No se lo creen.
Vladimir Putin ha mantenido conversaciones con los dirigentes europeos, como Emmanuel Macron, la canciller de Gran Bretaña, Elizabeth Truss, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, en aquellas mesas tan alargadas que provocan hilaridad. En realidad, lo que cuenta son las conversaciones entre Joe Biden y Vladimir Putin, que no acaban de avanzar, y el Secretario de Estado americano, Antony Blinken con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Alemania parece un poco díscola, relacionada con el suministro de gas en el gasoducto North Stream II, que une Rusia y el país germano por el mar Báltico.
O sea que éste es un enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia. Si Estados Unidos no se hubiera comprometido a fondo con Ucrania, hoy este país estaría invadido por Rusia y la Unión Europea no podría ir más allá de las protestas. Queda el capítulo de como China participa en el conflicto. Pero eso vale para otro artículo.