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Hace poco, el Aula Magna de la Universidad Católica Andrés Bello reunió a más de 100 dirigentes sociales y comunitarios procedentes de más de una decena de estados del país. Desde hace aproximadamente un año se viene gestando esta iniciativa que hoy toma cuerpo, a la cual se ha sumado, como acompañante técnico, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el objetivo de crear y activar un Centro para el Tercer Sector.
Una misión esencial
Cada vez más crece la conciencia de la necesidad de potenciar las posibilidades de la sociedad civil. La decadencia de las instituciones, del liderazgo y del Estado reflejada en gestiones pobres y erráticas, ha hecho que todos vuelvan la vista hacia las comunidades y sus liderazgos naturales. Y algunas metas han sido trazadas, como la misión de contribuir al fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil que operan en Venezuela.
La Iglesia Católica ha venido llamando la atención sobre el particular y son muchos los programas de sus movimientos que se han tomado muy en serio la tarea de promover liderazgos genuinos a través de los cuales se rescate la confianza y con ella la esperanza en un país más inclusivo. Un liderazgo nuevo, transformador, que reemplace las desgastadas consignas que ya no convocan ni entusiasman.
La punta de lanza sale de la Universidad Católica Andrés Bello, la cual ha sido escenario para dar el pistoletazo de salida. El Vicerrector Administrativo, Gustavo García, fue quien reveló que esta iniciativa viene gestándose desde hace tiempo y responde a la necesidad de “crear espacios y opciones que le permitan a la universidad hacer algo más por el fortalecimiento del tercer sector en Venezuela”.
¿Quiénes son el tercer sector?
Al destacado sociólogo-investigador Luis Pedro España le corresponde dirigir el novedoso Centro. Y explica: “El Estado venezolano podía despreciar al sector empresarial y a la sociedad en general porque era el dueño de la renta petrolera, la principal fuente de recursos. Pero eso está cambiando”. Y como el tercer sector aglutina a las organizaciones que no pertenecen al sector público o al empresariado privado, es preciso que se fortalezcan, superen la dependencia del estado todopoderoso y de los obsoletos partidos políticos y se constituyan en un ecosistema de organizaciones no gubernamentales unidas por un lazo de confianza que estimulen un intercambio transparente.
El rector de la Universidad, sacerdote jesuita José Virtuoso, indicó que es imperativo para el tercer sector hacerse robusto pues significa mucho en este momento en el país. Y podría adquirir aún más peso específico dada la situación crítica donde el Centro que han creado y sus afiliados están llamados a “jugar un papel clave como organizaciones en el país”.
Y, día a día crece la convicción de que si hay algún sector de la nación que puede y debe responder es la sociedad civil, porque tiene cómo hacerlo, agotados como están partidos, organizaciones tradicionales y el propio Estado. Guarda un potencial muy rico que en muchas ocasiones se ha manifestado, aunque sin los engranajes y el conocimiento suficientes que les permitan una incidencia más certera en el desarrollo de los acontecimientos en el país.
Es de allí, de la sociedad civil y sus organizaciones comunitarias y naturales de donde salen los liderazgos nuevos, frescos, renovados constantemente por el contacto directo y enriquecedor con sus comunidades. Encontrarlos, formarlos y apoyarlos es un compromiso y una meta que la Iglesia Católica -entre otras instancias- a través de sus iniciativas e instituciones desarrolla sin descanso.
Adiós a la dependencia
“El cambio –nos dice España- en la base material del Estado venezolano está creando las condiciones para un nuevo vínculo más orgánico entre Estado y sociedad”, lo cual abre una oportunidad a la “aspiración de autonomía” del tercer sector, superando las malsanas dependencias con respecto al poder estatal y a los partidos políticos.
El gran cambio, sin lugar a dudas, es acabar con la dependencia, conseguir la autonomía a través de una información y un conocimiento adecuados y suficientes.
Con la activación de este Centro de gobernanza abierta, al cual se afilian cada vez más organizaciones populares de base y Ongs, lo que se busca es la “profesionalización” del sector. Para ello, brindarán programas de asesoramiento y micro consultorías para que las organizaciones de la sociedad civil adquieran un mayor nivel de madurez.
Se ha desplegado una oferta formativa dirigida al tercer sector en áreas como gestión estratégica, gobierno corporativo, trabajo en red, gestión de programas y proyectos, gestión de recursos financieros, incidencia pública y comunicaciones, entre otros.
Hoy, las organizaciones de la sociedad civil deben fortalecer la calidad de su gestión, en medio de un contexto en el que enfrentan grandes desafíos logísticos, financieros y políticos, agudizados por las amenazas y obstáculos que impiden su labor debido, entre otras cosas, a la politización de la ayuda humanitaria.
También deben trabajar en garantizar la transparencia en sus fines, “entendiendo que ante el Estado deben mantener una relación de ciudadanía institucional”, puntualizó el sociólogo Luis Pedro España.
De cara a diálogos y negociaciones
La Universidad realizó un sondeo para pulsar la percepción que las organizaciones sociales tienen acerca de su trabajo y los problemas del país, así como las prioridades que debían incorporarse a las mesas de negociación que adelantan gobierno y oposición, en este momento paralizadas indefinidamente por decisión del gobierno de Nicolás Maduro.
Un 80% de los 1.800 consultados dejó ver que estaría dispuesto a participar en esas mesas, siempre y cuando el proceso se oriente hacia la realización de elecciones libres y las prioridades se centren en los verdaderos problemas de la gente. Ello implicaría abordar asuntos como la reforma educativa, la recuperación de los servicios públicos y la dotación de hospitales.
"Por una ciudadanía que se apropie del conocimiento"
La Universidad Católica, que históricamente ha dado mucha importancia a la vinculación con la sociedad, “como institución debe poner sus capacidades al servicio de las organizaciones sociales”, enfatiza el Vicerrector Administrativo.
Y todos sabemos que el Estado venezolano hace mucho tiempo que no lleva cifras y datos para seguir y evaluar la situación social del país, no obstante su gravedad. Y si las lleva no las comparte. Es en este punto, y siendo “La Católica” –como se le llama- la institución académica que no ha parado de investigar y ofrecer sus resultados e indicadores al país entero, en donde podemos identificar una contribución clave. Son sus investigadores quienes llevan adelante la famosa encuesta ENCOVI –la Encuesta de Condiciones de Vida- que nos ha servido para llevar el pulso a cada sector del país, especialmente aquellos que más directamente sufren los embates de una economía destruida y un tejido social deshilachado.
La Directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad, Anitza Freites, se expresó en estos términos: “Tenemos una mina de información a la espera de ser aprovechada y explotada por el país” y ese, justamente, es el aporte más importante para que la sociedad civil pueda “apropiarse del conocimiento” en función de la toma de sus decisiones. Ellas deben revisar y utilizar esa base de datos para socializarla y, como ella misma insiste, “generar conocimiento a través del análisis y aprovecharla como insumo para desarrollar sus propios programas de atención en las distintas áreas en las que laboran en sus regiones" pues, obviamente, esa información, sin que sea aprovechada y sin generar conocimientos sería un esfuerzo perdido.
Florecemos en el abismo
Este esfuerzo y las cifras recogidas se enmarcan en la necesidad de dar seguimiento a la evolución de los objetivos de la agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, así como identificar las brechas territoriales, sociales y de género que registra el país en asuntos como educación, salud, pobreza, empleo y alimentación.
El Padre Rector recalcó: “Este Centro del Tercer Sector (CTS-Ucab) es un aporte a la sociedad. Es un encuentro para celebrar y fortalecer nuestro compromiso en este momento del país”. Y parafraseó a nuestro poeta Rafael Cadenas, Premio Lorca de Poesía y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana: “Nosotros florecemos en el abismo y seguiremos floreciendo”.-