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Mientras el horror de la guerra de Ucrania trastorna al mundo entero, la doctora Matilde Leonardi, directora del hospital Besta de Milán, neuróloga, especializada en neonatología, pediatría y bioética, ha querido compartir en las redes sociales su gran emoción, contando la maravillosa historia de la Hermana Justine.
“Ella está aquí esta noche, llenando de amor los últimos días de niños pequeños como el que tiene en sus brazos, durante la guerra. Sólo se puede rezar y cumplir con el deber, me dijo. Sí a la vida. La hermana Justin es una de las heroínas de mi vida”.
Dice:
Sor Justine trabaja en la ciudad de Lviv, al oeste del país. Genetista, se ocupa de enfermedades genéticas hereditarias. Trabaja como psicóloga médica en el Centro de Genética Médica de Lviv y también es presidenta de un hospicio perinatal, la ONG Perinatal Hospice Imprint of Life, que fundó en 2013 y obtuvo el estatus legal como una organización estatal sin fines de lucro en 2017.
“En este hospicio recoge a estos niños destinados a una muerte segura porque padecen graves enfermedades genéticas, los trata y acompaña, así como a sus padres, hasta el último umbral. Es un trabajo admirable, meritorio y muy valiente”, dijo a Aleteia su amiga, la doctora Matilde Leonardi.
Este hospicio es el primero en cuidados paliativos perinatales en Ucrania. “¡Ucrania no es solo el self-service de madres de alquiler! Esta tierra vasta y herida es también un campo donde alguien pone semillas y germinan”, añade el médico, miembro con sor Justine de la Pontificia Academia de la Vida. ¡Y qué semillas!
Este hermoso mensaje destaca así a esta heroína, entregada e íntegra, fiel a su puesto, con los que sufren, tanto en la vida cotidiana como en tiempos de guerra. La encarnación de la belleza de la humanidad está en esta imagen, y uno solo puede sentirse abrumado.