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Es la cara de los niños que mayor alegría genera. Se confirma cuando están contentos y tienen la posibilidad de volver a estudiar para seguir creciendo. También fortalecerse para enfrentar el futuro de una manera mejor.
Esa es la imagen que se ha repetido en varios países de América Latina en las últimas semanas y días: el regreso de los niños a las aulas y de manera presencial.
Es que a pesar de que aún en varios sitios rigen restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus, los niños han podido iniciar un nuevo año lectivo (en algunos países ya desde 2021 esto era posible) reencontrándose de manera plena tanto con compañeros como educadores.
Esto hace que algunas condiciones, como el distanciamiento o el uso de mascarilla (en algunos países solamente es recomendado en esta instancia), para nada opaquen la felicidad de poder tener espacios físicos de interacción por fuera de la virtualidad (herramienta útil durante los momentos más duros de la pandemia).
Hoy los niños en países como Argentina, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay, de manera más reciente, vuelven a regalar sonrisas. Esta imagen también es simbólica de esperanza. Sucede en tiempos donde la guerra en Europa hace que muchos niños estén atravesando por una instancia de suma dificultad.
Acción de gracias
“Iniciamos un año con la esperanza puesta en el Señor, con desafíos distintos a los que se nos presentaron estos dos últimos años. Estamos juntos nuevamente, con algunas implicancias de la educación híbrida que representan un desafío diferente en cada escuela, pero con una misma fe y la función del Munus Docendi de la Iglesia que el Señor ha querido confiar en todos ustedes”.
Así se expresó recientemente monseñor Juan José Salaverry, obispo auxiliar de Lima. Fue él quien presidió una misa de acción de gracias en favor de los maestros, administrativos y personal de la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC) del Arzobispado de Lima (ver nota aquí).
Lo hizo en una parroquia de nombre Nuestra Señora de Guadalupe. Su mensaje se convirtió tan solo en un ejemplo de instancia que va más allá de la sonrisa. Es que un regreso a clases también es motivo de agradecimiento a Dios.
Sí, los niños han sido muy golpeados por pandemia del coronavirus en América Latina, muchos incluso han tenido que abandonar los estudios. Pero todo parece indicar que la semilla de estos días volverá a tener buenos frutos.