La guerra en Ucrania, la invasión de la Rusia de Putin, realmente ha aislado a Rusia frente a los demás países del mundo, como se vio en la votación de la Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas la pasada semana (141 votos contra la invasión, 36 abstenciones y solo 5 votos a favor, entre ellos Rusia y Bielorrusia.
Y ahora la pregunta que nos hacemos es: ¿Qué piensan las principales religiones, de Ucrania y del mundo, sobre esta guerra?
En realidad, el pueblo ucraniano es muy religioso, tanto para las iglesias ortodoxas – divididas entre el Patriarcado de Kiev (el 42 por 100 de la población) y la ortodoxia que sigue al Patriarcado de Moscú (el 29 por 100)- como para la Iglesia católica (un 16,3) que sigue dos ritos: el rito greco-católico (14,1 por 100) y el rito latino (2,2 por 100) que atiende fundamentalmente a los inmigrantes polacos y húngaros.
También están los protestantes (un 2,19 por 100), que son luteranos, calvinistas, evangélicos (el más grande), pentecostales y metodistas. Hay también Testigos de Jehová, mormones y Adventistas del Séptimo Día. Y finalmente están los judíos, que, según sus cifras, son unos 300.000 en Ucrania.
Empezanos con las religiones presentes en el país invadido: los ortodoxos, los católicos, los judíos y los protestantes.
Para empezar, en Ucrania las religiones tienen unanimidad en condenar la invasión de Rusia, apoyar a los soldados ucranianos, rezar por la paz y que Rusia deponga las armas. La mayoría de la población ucraniana practica la religión Ortodoxa.
Y esto es curioso, porque los ortodoxos están divididos en dos ramas: una adscrita al Patriarcado de Moscú, regida por el metropolita Onufryj (Berezovskij), y otra el Patriarcado de Kiev, adscrito al Patriarcado de Constantinopla. El Patriarca es Epifanio I. Este patriarcado se escindió del de Rusia y creó un cisma con el patriarcado de Moscú en 2019 excomulgándose recíprocamente uno al otro.
El Patriarca de Kiev, Epifanio I, hizo una declaración contra la invasión rusa y aseguró que “nuestra tarea común es repeler al enemigo, proteger nuestra patria, nuestro futuro y el de las nuevas generaciones… La verdad está de nuestro lado. Por lo tanto, el enemigo, con la ayuda de Dios y con el apoyo de todo el mundo civilizado, será derrotado”. También pidió al clero y a los fieles que “recen por Ucrania, por la victoria y por nuestros soldados” que hacen frente a Rusia y a Bielorrusia.
El metropolita Onufryj (Berezovskij) escribió a Vladimir Putin pidiendo “que detenga inmediatamente esta guerra fratricida. Pidió al clero y a los fieles “en este trágico momento, que expresemos nuestro especial amor y apoyo a nuestros soldados que montan guardia y protegen y defienden nuestra tierra y nuestro pueblo: que Dios los bendiga”.
Esta declaración es muy distinta a la declaración del Patriarca de Moscú, Kirill, que echó paños calientes. Expresó su “profundo dolor” por el “sufrimiento de las personas por los “hechos” (sic) ocurridos en el conflicto actual”. Es decir que no habla de invasión, ni de guerra, sino de “conflicto actual”. Pidió que se evitaran víctimas civiles, y asegura que la historia común de los dos pueblos “ayudará a superar las divisiones y desacuerdos”. Sigue el manual de su presidente Putin. No hay guerra sino “hechos”.
La Iglesia católica en Ucrania, tanto de rito greco-católico como la de rito latino, condenan la invasión. El Primado de la Iglesia greco-católica, Su Beatitud Sviatoslav, escribió una apremiante carta de condena de los bombardeos.
El Primado, que vive en Kiev, pidió el cesa inmediato de las armas y añadió: “Hoy podemos decir que Ucrania se ha transformado en ríos de sangre y en un mar de lágrimas” escribe, retratando seguidamente el sentimiento de esta mañana al conocer la noticia del ataque a la central nuclear de Zaporiyia. “Nos quedamos consternados”.
Al término de las misas se suele cantar una canción militar antigua que pide a San Jorge y a la Virgen María a que combatan el mal. Al final se gritan vivas a Ucrania.
El Primado añade que, a pesar de todo, “Ucrania se mantiene en pie, luchando, rezando, manteniéndose en oración". En Kiev “sentimos del Arcángel San Miguel Aquel el grito de: “¡Quién como Dios!”. Arrojó al abismo a Lucifer, el que se rebeló contra la verdad de Dios, contra el líder del ejército del diablo”. San Miguel es patrono y protector de Kíev.
La Iglesia protestante evangélica de Ucrania hace “dos peticiones de oración desde Donetsk, hoy ocupada por los rusos: “Primero, que el agresor sea detenido. Después, que Dios nos conceda la paz mental para ser capaz de responder con carácter cristiano y no con odio humano”. Los evangélicos ucranianos rechazan la invasión, mientras los evangélicos rusos debaten si la protesta pública bajo Putin puede lograr más que la oración”. La Iglesia evangélica ha pedido a sus pastores, tanto en Rusia como en Ucrania, que sigan en sus puestos. Cientos de pastores rusos, afirma la revista “Christianity Today”, están contra la guerra.
En cuanto a los judíos, unos 300.000 en Ucrania, según sus cálculos, están contra la guerra y recuerdan la persecución de Rusia bajo régimen comunista soviético, así como la persecución nazi. Recuerdan, dice la publicación judía Scribd, los “siglos de antisemitismo y pogromos que concentraron a la población y que se asentaron en países del Este europeo. Entre los judíos se cuenta el presidente de la República de Ucrania, Valodomir Zelenski.
Los musulmanes se encuentran divididos entre los que están a favor de Rusia y los que están a favor de los Estados Unidos. Sus posiciones son ambiguas. Unos pocos están a favor de la invasión, como Siria y los hutíes del Yemen, y otros en contra como Kuwait y el Líbano. Irán se opuso a “la expansión de la OTAN”. Están indecisas las potencias de la región como Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. También están indecisos Marruecos, Túnez y Argelia porque dependen de los cereales que reciben de Ucrania.
El secretario General adjunto de la Liga Árabe, Hossam Zaki, pidió emprender una acción internacional destinada a poner fin a la actual política y crisis diplomática. Mencionó además que la comunidad árabe es consciente de los efectos devastadores de la guerra y que espera que “cada parte asuma su responsabilidad”.
Budismo: el Dalai Lama emitió un comunicado en el que dijo: “la guerra está desfasada: la no violencia es el único camino, necesitamos desarrollar un sentido de la unidad de la humanidad considerando a otros seres humanos como hermanos y hermanas. Así construiremos un mundo más pacífico. Los problemas y desacuerdos se resuelven mejor a través del diálogo. la paz genuina surge a través de la comprensión mutua y el respeto por el bienestar de los demás”.
“No debemos perder la esperanza, añadió el Dalai Lama, el siglo XX fue un siglo de guerra y derramamiento de sangre. El siglo XXI debe ser un siglo de diálogo. Rezo para que la paz se restablezca rápidamente en ucrania”.
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