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Sabemos que es parte de nuestro deber como católicos “santificar el día del Señor”, pero nuestra obligación dominical es solo la menor de las razones para ir a la iglesia.
La Santa Misa no es solo un servicio religioso o una clase de Escritura: es un misterio sagrado. Es un levantamiento del velo entre nosotros y lo Divino.
La liturgia es el tiempo y el lugar en que Dios viene a nosotros. Es el momento sublime y solemne en que el Cielo toca la Tierra.
El Sacrificio de la Misa es también un hermoso acto de comunión entre nuestros hermanos y hermanas en Cristo, no sólo los que están en los bancos a nuestro lado, sino también todos los santos y ángeles que están reunidos alrededor del altar. No están menos presentes porque no podamos verlos.
Ir a misa es un privilegio, por el cual innumerables cristianos a lo largo de los siglos han dado su vida. ¡Somos tan afortunados de que la misa sea tan fácil de acceder para nosotros! Los mártires solo podían esperar este don que a menudo damos por sentado.
Sin embargo, como si todo eso no fuera razón suficiente, resulta que ir a Misa los domingos en realidad nos hace más felices y más satisfechos con nuestras vidas.
Una nueva encuesta ha encontrado que la asistencia semanal a los servicios religiosos conduce a altos niveles de satisfacción con la vida:
Los niveles de satisfacción con la vida varían más por tres atributos demográficos:
La mayoría de los estadounidenses que asisten a los servicios religiosos semanalmente (67 %) están muy satisfechos con sus propias vidas. Mientras tanto, menos de la mitad de sus contrapartes expresan el nivel más alto de satisfacción, aunque la mayoría todavía dice estar muy o algo satisfecha.
Por supuesto, esto no sorprende, ya que sabemos que Dios nos dio las reglas de Su Iglesia para brindarnos gozo en esta vida y en la venidera. Así que tiene todo el sentido del mundo que ir a Misa cada semana aporte satisfacción y felicidad. (¡Nos preguntamos si ir a misa con más frecuencia, tal vez incluso a diario, trae una paz casi palpable!)
Aún así, es bueno verlo afirmado por otras fuentes. Así que vayamos a Misa esta semana con alegría en nuestros corazones, dando gracias a Dios por este regalo sagrado. ¡Nos vemos allí en la Eucaristía!