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En general, la Iglesia católica no da muchos detalles cuando se trata de ayunar. La Cuaresma incluye dos días principales de ayuno, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Y también instruye a los católicos a abstenerse de comer carne todos los viernes durante la Cuaresma.
Esto está destinado a proporcionar a los católicos cierta libertad para elegir aquellas disciplinas que más les ayuden en su relación con Dios.
A menudo, estas disciplinas cuaresmales se eligen con la ayuda de un director espiritual o un sacerdote de confianza.
La sugerencia el gran santo Tomás
Santo Tomás de Aquino escribió pautas más específicas en su Suma Teológica.
Primero reflexionó sobre los ritmos naturales del cuerpo tal como los vio en su período de la historia.
El ayuno está dirigido a la eliminación y prevención del pecado. Por lo tanto, debe agregar algo a la costumbre común, pero de modo que no sea una carga pesada para la naturaleza.
Ahora bien, la costumbre correcta y común es que los hombres coman alrededor de la hora sexta [12:00 del día]: ya sea porque la digestión aparentemente ha terminado (el calor natural se retira hacia el interior durante la noche debido al frío circundante de la noche), y el humor se extendió por los miembros… Y otra vez porque es entonces principalmente cuando la naturaleza del cuerpo humano necesita ayuda contra el calor externo que hay en el aire, para que los humores no se sequen por dentro.
La novena hora
Así, santo Tomás de Aquino argumenta que extender el ayuno hasta las tres de la tarde, la "hora novena" (3:00 p. m.), puede ser un sacrificio adecuado.
Por lo tanto, para que los que ayunan sientan algún dolor en satisfacción por sus pecados, la hora novena [3:00 p. m.] está convenientemente fijada para su comida.
Además, esta hora concuerda con el misterio de la Pasión de Cristo. Esta concluyó en la hora novena, cuando "inclinando la cabeza, entregó el espíritu" (Jn 19,30).
Porque los que ayunan castigando su carne, son conformados a la Pasión de Cristo, según Gálatas 5,24, "los que son de Cristo, han crucificado su carne con los vicios y concupiscencias".
No es requisito de fe sino ayuda espiritual
Este tipo de ayuno no es un requisito de la fe católica, o algo que todos deban adoptar de inmediato en su vida.
Al igual que con cualquier cambio en la dieta, es posible que deba consultar a su médico para ver si su cuerpo puede manejar tal práctica.
La sugerencia de Tomás de Aquino nos recuerda que las disciplinas de Cuaresma, como el ayuno, deberían "doler" un poco.
Hacerlo nos une más a la Pasión de Jesús y nos recuerda el gran sacrificio que hizo por amor a nosotros.