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“Como organismo especializado en la movilidad humana y las migraciones -en asociación con tantas otras instituciones que venimos trabajando con las personas migrantes y solicitantes de refugio en diferentes lugares del país- desde hace varios años, seguimos viendo con impotencia las dificultades a las que siguen expuestos los migrantes que llegan a nuestro país buscando un mejor porvenir”.
Aquí parte del mensaje dirigido formalmente al presidente chileno, Gabriel Boric. Está firmado por el presidente del Incami, el obispo de Arica, Moisés Atisha.
Es que el tema migratorio sigue siendo uno de los grandes asuntos sin resolver en Chile. Esto aunque sea uno de los países más atractivos en la región para quienes buscan un futuro mejor lejos de sus lugares de orígenes. El tema se ha visto incrementando en los últimos meses de manera notoria. Principalmente con el intento de migrantes de llegar por pasos irregulares, como los del norte.
Recientemente, por ejemplo, una venezolana de 78 años y un bebé boliviano de seis meses se convirtieron en nuevas víctimas del drama de los migrantes. Se trata de uno de los más denunciados el por el propio papa Francisco durante su pontificado.
“Generalmente se habla de los migrantes cuando se hacen fiscalizaciones para relevar, no su condición de personas, sino su realidad de ‘indocumentados’ o forma de ingreso al país, pero no se les escuchan los motivos que han causado tal situación o por qué ingresan de este modo”, prosigue en la misiva Atisha.
Solicitud de intervención
Si bien se reconoce que es alentador lo vinculado a la nueva ley migratoria en Chile, aún persisten dudas. Fundamentalmente con respecto a su proceso de implementación. Es por eso que en la misiva se ponen de manifiesto algunos ejes temáticos. Los mismos van desde la “necesidad de transparentar la posición del país”, hasta aquello de que “la solución no son las expulsiones” de los migrantes. También la reafirmación de la construcción de manera conjunta de un país “más equitativo”.
En cuanto a determinadas propuestas, por ejemplo, también se pide mayor coordinación con otras regiones que podrían aceptar familias migrantes más allá de la frontera norte, además de la organización de un nuevo “Consejo consultivo para las migraciones”.
“Señor presidente, con mucha preocupación y también con esperanza, le compartimos estas inquietudes, esperando su intervención frente al sufrimiento y vulnerabilidad que experimentan tantas personas”, finaliza el mensaje (ver completo aquí publicado por Iglesia de Chile).
