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Los habitantes de Marinilla, un municipio al noroccidente de Colombia, se enorgullecen de tener la colección de cristos y cruces más grande del mundo. Un lugar de fe y turismo religioso que, unido a su gran vocación artística, atrae a miles de visitantes.
El Museo del Cristo y las Cruces tiene 2569 piezas, todas diferentes, traídas de varios países, elaboradas con los más diversos materiales y técnicas, con significados y devociones originales.
Imágenes tan particulares como una cruz elaborada con dados por un italiano que fue muy rico y perdió su fortuna y su familia jugando a la suerte. Arrepentido, quiso plasmarlo con dados blancos y negros que muestran el número seis.
El museo hace parte de la Casa de la Cultura de Marinilla y nació gracias a la donación que hizo en 2005 Roberto Hoyos Castaño, un líder político de la región que quiso dejar a su municipio las piezas que con tanta dedicación había coleccionado, algunas compradas y muchas regaladas.
"Es una colección de cristos que no es común, y creo que se trata de la más grande en el país", dijo en una entrevista con el periódico El Tiempo publicada antes de su fallecimiento. La afición de Roberto Hoyos nació cuando visitó a un amigo suyo que tenía en su casa más de 15 cristos y se propuso armar una colección similar que durante fue creciendo más de 25 años.
Arte y religión en un mismo lugar
Otro que llama mucho la atención es el Señor del Veneno, muy venerado en México por los milagros que le atribuyen. En ese país explican que una persona intentó asesinar a un fiel devoto que acostumbraba a besar a Cristo en la cruz y para ello colocó veneno en los pies de la imagen. Pero un milagro se produjo cuando el Cristo volteó las rodillas y se puso negro al absorber el veneno. Hay quienes dicen que este intento de envenenamiento ocurrió a un sacerdote y otros que al papa Pío XII.
“En el Museo mostramos la colección y además damos un poco de educación religiosa a los que están interesados. Por ejemplo, explicamos que la cruz son los dos maderos atravesados, y que el crucifijo es cuando sobre esos maderos está Jesucristo, con sus manos y pies clavados”. Así recuerda el artista e historiador Francisco García Villegas la labor que hasta hace un par de semanas realizó como encargado del museo.
Indudablemente no puede olvidar el que fue su trabajo durante 13 años, se nota en la pasión con la que se refiere a esta riqueza artística y religiosa de Marinilla, la que espera sea más aprovechada por los fieles católicos. Por eso siempre mezcló la didáctica con la explicación de las cruces y cristos:
“Yo les indicaba cómo hay que darse la bendición, porque para santiguarse bien hay que ir de la frente al ombligo o al piso y luego a los hombros, pero muchos no bajan la mano más allá del pecho”.
Una de las piezas que más le gustan a Francisco es la del paisa crucificado, en la que en vez de Jesús, en la cruz está un hombre originario de la región antioqueña de Colombia. Lo que se observa es un campesino vestido con ruana, sombrero, alpargatas, un machete y una pala, herramientas para las labores del campo.
La cruz más grande es venezolana, repujada en madera, y mide 1,50 metros, y la más pequeña no sobrepasa los 4 milímetros.
Descubre imágenes, datos y curiosidades del museo (galería):
Marinilla y su vocación cultural
Jorge Iván Castaño, secretario de Cultura y quien durante 23 años ha liderado la gestión cultural de Marinilla, contó a Aleteia que la población, fundada hace 358 años, se caracteriza por su intensa actividad cultural durante todo el año:
“Tenemos una fábrica de instrumentos musicales que data del siglo XIX y junto con las escuelas artísticas impulsan una actividad artística digna de presentar al mundo. También somos pioneros en la gastronomía en el oriente antioqueño”.
Además del Museo de Cruces y Cristos, en la Casa de la Cultura hay otras colecciones y el municipio celebra el Festival de Música Religiosa en Semana Santa hace 45 años, el Festival de Teatro Infantil desde 1981 y un Festival de Música Andina Colombiana hace 26 años.
El museo recibe 17.000 personas en el mes de diciembre y cerca de 23.000 en Semana Santa, quienes dan una donación voluntaria. Se espera que la próxima Semana Santa sea la oportunidad para que los visitantes de la región conozcan una gran colección artística que recuerda la crucifixión del Señor.